El Vaticano reconoció este jueves oficialmente como lugar de culto el santuario mariano de Medjugorje, en el sur de Bosnia-Herzegovina, por “los abundantes frutos espirituales” producidos, pero sin pronunciarse sobre las apariciones de la Virgen que seis videntes dicen haber presenciado allí desde 1981.
Las nuevas reglas aprobadas por el Dicasterio para la Doctrina de la Fe suponen el primer reconocimiento oficial de Medjugorje como un lugar de culto y de peregrinaciones por sus aspectos positivos y de hecho legitima la veneración de la “Reina de la paz” por primera vez.
Estas normas fueron aprobadas por el papa Francisco el 28 de agosto, después de varios informes y tras las dudas sobre las apariciones expresadas en el pasado por el pontífice argentino.
El Vaticano, aunque valorando muy positivamente la experiencia espiritual de las personas que van al llamado santuario de la ‘Reina de la Paz’ de Medjugorje, explica que a los fieles “se les debe orientar fuertemente a aceptar que las peregrinaciones no se hacen para encontrarse con supuestos videntes, sino para tener un encuentro con María”.
También especifica que “si bien, en el conjunto de los mensajes relacionados con esta experiencia espiritual encontramos muchos elementos positivos que ayudan a acoger la llamada del Evangelio, ciertos mensajes (que llegan a través de las supuestas apariciones) presentarían contradicciones o estarían relacionados con los deseos o intereses de los presuntos videntes o de otras personas”.
No se puede de excluir que esto pueda haber sucedido en el caso de algunos mensajes (…) que a veces aparecen relacionados con experiencias humanas confusas, expresiones teológicamente imprecisas o intereses no del todo legítimos”, se recuerda.
En el documento firmado por el prefecto de la Doctrina de la Fe, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, se explica que en los lugares relacionados con el fenómeno de Medjugorje, que son visitados por peregrinos de todo el mundo, “los frutos positivos se revelan sobre todo como la promoción de una sana práctica de la vida de fe” y “hay abundantes conversiones” de personas que “han descubierto o redescubierto la fe”.
Esta parroquia del pequeño pueblo de Herzegovina, gestionada por los Franciscanos, “es un lugar de adoración, oración, seminarios, retiros espirituales, encuentros de jóvenes y “parece que la gente va a Medjugorje sobre todo para renovar su fe más que por peticiones concretas precisas”.
“También han surgido obras de caridad para atender a huérfanos, drogadictos y discapacitados, y también hay grupos de cristianos ortodoxos y musulmanes”.
Aunque sobre los mensajes que llegan de los videntes, en la segunda parte del documento se subraya cómo algunos “se desvían de los contenidos enumerados hasta ahora” y por ello, “para evitar que este tesoro de Medjugorje se vea comprometido, es necesario aclarar algunas posibles confusiones que pueden llevar a grupos minoritarios a distorsionar la preciosa propuesta de esta experiencia espiritual”.
Como ejemplo de esas “confusiones” menciona que “en algunos casos, la Virgen parece mostrar cierta irritación porque no se han seguido algunas de sus indicaciones; así, advierte de signos amenazadores y de la posibilidad de que dejen de aparecer”.
Son seis los videntes, niños o adolescentes de la época, que siguen asegurando que todavía tienen apariciones de la Virgen en este lugar que recibe cerca de un millón de fieles al año y donde se han construidos residencias y hoteles para los peregrinos e incluso una salida especial de la autopista para que puedan acceder a los lugares de las apariciones.
Con información de EFE