GINEBRA. — La policía en el norte de Suiza detuvo a varias personas y abrió una pesquisa en relación con la supuesta muerte de una persona en una nueva “cápsula de suicidio”, según anunció el martes.
La fiscalía en el cantón de Schaffhausen recibió la información de un bufete de abogados sobre que se produjo un suicidio asistido que implicaba el empleo de la cápsula Sarco el lunes, cerca de una cabaña en el bosque en Merishausen, indicó la policía en un comunicado.
“Varias personas” quedaron detenidas y la fiscalía abrió una pesquisa sobre sospecha de incitación y complicidad en un suicidio.
El periódico holandés Volkskrant reportó el martes que la policía detuvo a uno de sus fotógrafos, que quería tomar fotos del uso del Sarco. La policía de Schaffhausen dijo que el fotógrafo estaba retenido en una comisaría, pero no dio más explicaciones.
La ahora occisa era una mujer de 64 años del centro norte de Estados Unidos cuyo sistema inmune estaba gravemente comprometido.
Florian Willet, copresidente de The Last Resort, la única persona presente describió su muerte como “tranquila, rápida y digna”, añadió la organización.
En el comunicado la empresa dijo estar “satisfecha de que el Sarco funcionó exactamente como se había diseñado. Para proporcionar una muerte elegida, sin fármacos, pacífica en el momento elegido por la persona”.
¿Qué es la cápsula de suicidio “Sarco”?
La cápsula de suicidio “Sarco”, que nunca se había utilizado antes, está diseñada para permitir a una persona que esté en un asiento reclinado en el interior pulsar un botón que inyecta gas nitrógeno en la cámara sellada. Entonces se supone que la persona se queda dormida y muere por asfixia en unos pocos minutos.
Exit International, un grupo con sede en Holanda que apoya el suicidio asistido, se responsabiliza del dispositivo, fabricado con impresión 3D y cuyo desarrollo costó más de un millón de dólares.
Suicidio asistido en Suiza
La ley suiza permite el suicidio asistido siempre que la persona acabe con su vida sin “asistencia externa”, y que las personas que ayudan al fallecido no lo hagan por “ningún motivo de interés personal”, según un sitio web del gobierno.
Suiza es uno de los pocos países del mundo al que los extranjeros pueden viajar para poner fin a sus vidas de forma legal, y es la base de varias organizaciones dedicadas a ayudar a la gente a suicidarse.
Algunos legisladores suizos han alegado que la ley no está clara y han pedido que se cierren lo que describen como lagunas legales.
“Por un lado, no cumple los requisitos de la ley de seguridad de productos, y como tal, no debe entrar en circulación”, dijo. “Por otro lado, el uso del nitrógeno no es compatible con el artículo correspondiente en la ley de productos químicos”.