
Menor actividad cerebral en usuarios frecuentes
Un reciente estudio del MIT encendió las alarmas sobre el impacto que podría tener el uso prolongado de ChatGPT en el desarrollo del pensamiento crítico, sobre todo en adolescentes y jóvenes. Los investigadores analizaron cómo reaccionaba el cerebro de quienes redactaron ensayos con ayuda del chatbot y descubrieron que su actividad cerebral fue notablemente menor que la de quienes investigaron usando Google o escribieron solo con sus ideas.
Los resultados sugieren que depender de ChatGPT para resolver tareas complejas reduce el esfuerzo cognitivo necesario para analizar, comparar y argumentar. Esto preocupa a expertos en educación y neurociencia, quienes advierten que la generación de ideas propias y la organización de pensamientos podrían debilitarse si se reemplazan constantemente con textos generados por la inteligencia artificial.
Riesgo para cerebros en desarrollo

La autora principal del estudio subrayó que introducir estas herramientas de forma indiscriminada en escuelas y colegios podría ser contraproducente. El cerebro joven, en plena etapa de formación, necesita enfrentarse a retos intelectuales para fortalecer habilidades como la comprensión lectora, la síntesis de información y la creación de argumentos sólidos. Dejar esta tarea en manos de un chatbot, advierte, limita la práctica y el desarrollo natural de estas capacidades.
Además, se observó que muchos estudiantes, al usar ChatGPT, tienden a aceptar sin cuestionar la información generada, perdiendo la costumbre de verificar datos o analizar puntos de vista diferentes. Esta dependencia, si no se regula, podría extenderse a otros ámbitos de la vida, afectando la capacidad para tomar decisiones informadas.
Los expertos del MIT recomiendan que, si bien la inteligencia artificial es una herramienta poderosa, debe ser usada con criterio y bajo supervisión en contextos educativos. Promover la reflexión crítica sobre las respuestas generadas y combinar el uso de IA con investigación tradicional serían pasos clave para mitigar posibles efectos negativos.
Finalmente, los investigadores instan a docentes y padres a fomentar actividades que fortalezcan el pensamiento crítico, como debates, escritura creativa y resolución de problemas sin asistencia tecnológica. Así, la IA puede ser un aliado, no un sustituto de la mente humana en formación.