16 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El Senado de Uruguay aprobó este miércoles la Ley de Muerte Digna, autorizando así la práctica de la eutanasia en el país. Esta decisión representa un paso sin precedentes en América Latina, convirtiendo a Uruguay en el primer país de la región en despenalizar la eutanasia directamente a través de una ley aprobada por su Parlamento. La votación se saldó con 20 votos a favor de los 31 parlamentarios presentes, culminando un largo y controvertido debate legislativo que había tenido su primer hito significativo en 2020 con la aprobación inicial en la Cámara de Representantes.
Un Precedente Histórico en Latinoamérica
La relevancia de la decisión uruguaya radica en el método de su aprobación. Hasta ahora, el derecho a la eutanasia solo regía en Colombia y Ecuador, pero en ambos casos fue avalado mediante fallos de sus respectivos poderes judiciales. Uruguay, al aprobarla por vía legislativa, sienta un precedente histórico en la región, otorgando a la eutanasia un sólido marco jurídico emanado directamente de la voluntad popular representada en el Parlamento. Este hecho distingue claramente al proceso uruguayo y lo consolida como un caso de estudio en la evolución de los derechos individuales en América Latina.

El debate sobre la eutanasia, que permite la inducción a la muerte de pacientes en estado de extrema gravedad y sin expectativas de recuperación, ha sido históricamente una fuente de fuerte controversia a nivel global. Esta polémica explica por qué, a nivel mundial, la práctica solo está aprobada en un puñado de países como Bélgica, Canadá, España, Países Bajos, y ahora Uruguay. El proyecto uruguayo tomó un impulso decisivo este año, logrando la ratificación en el Senado tras ser votado a favor por una mayoría de legisladores tanto oficialistas como opositores.
El nuevo marco legal, conocido como la Ley de Muerte Digna, consta de 13 artículos que definen claramente quién puede acogerse a este derecho. Solo pueden solicitar la eutanasia las personas mayores de edad y psíquicamente aptas que se encuentren en la etapa terminal de una patología incurable e irreversible. Además, deben padecer sufrimientos que les resulten insoportables y que impliquen un grave y progresivo deterioro de su calidad de vida, asegurando que la decisión no sea tomada a la ligera ni por causas menores.
El Riguroso Proceso para Acceder a la Muerte Digna
La ley establece un proceso riguroso para solicitar la asistencia para morir. El paciente debe solicitarlo por escrito ante un médico, quien debe estar presente durante la firma. El profesional es responsable de dialogar con el paciente, informarle sobre todos los tratamientos disponibles, incluidos los cuidados paliativos, y verificar que la voluntad de morir sea libre, seria y firme. Tras la aprobación del primer médico, se requiere una segunda opinión de otro especialista, que tiene un plazo de cinco días para estudiar el caso y entrevistarse con el interesado.

El proceso cuenta con múltiples salvaguardas. Si el segundo médico confirma la opinión del primero, el procedimiento de eutanasia sigue su curso. En caso de discrepancia, el caso pasa a ser analizado por una Junta Médica de tres profesionales, que incluye a un psiquiatra y un especialista en la patología del paciente. La decisión de morir siempre debe ser ratificada por escrito ante dos testigos que no obtengan ningún beneficio económico, y lo más crucial, es siempre revocable sin mayores requisitos, permitiendo al paciente arrepentirse y dar marcha atrás en cualquier momento. Finalmente, la normativa uruguaya prohíbe aplicar la eutanasia a ciudadanos extranjeros, restringiéndola únicamente a uruguayos o residentes legalmente establecidos.








