
15 de Julio del 2025.- Claudia Sheinbaum, presidenta de México, marcará un hecho inédito al ser la primera mujer presidenta en participar activamente en una inauguración del Mundial de la FIFA. El evento está programado para junio de 2026 y, según lo confirmado en una conferencia matutina del pasado 12 de junio, la mandataria estará presente en el arranque oficial del torneo. Esto representa un paso simbólico y político importante tanto para el país como para la representación de las mujeres en espacios globales de alto perfil.
Hasta ahora, sólo dos mujeres líderes han estado presentes en el arranque de un Mundial: la entonces presidenta de Brasil, Dilma Rouseff, en 2014, y la Reina Isabel II en 1966. Sin embargo, ninguna de ellas ofreció un discurso formal durante el evento. En este contexto, Sheinbaum tiene la oportunidad de destacarse aún más si decide pronunciar un mensaje de apertura, algo que marcaría un precedente histórico en el protocolo de las Copas del Mundo.
En sus declaraciones, la presidenta expresó entusiasmo por el evento deportivo y destacó el papel del fútbol como elemento de unión nacional. Señaló que “el futbol está en todos los estados de la República” y mencionó el deseo de que la Selección Mexicana tenga una participación destacada. Su visión apunta no sólo al espectáculo deportivo, sino también a una proyección internacional de México como anfitrión comprometido y con identidad propia.
Más allá del simbolismo, el papel de Sheinbaum podría adquirir un valor institucional si se involucra en temas como seguridad, infraestructura, movilidad y derechos laborales en torno al Mundial. Estos aspectos han generado controversia en ediciones pasadas del torneo, como en Qatar 2022 y Brasil 2014, donde hubo críticas por desalojos forzados, represión a manifestantes o violaciones a derechos humanos durante la organización del evento.
Como aficionada de los Pumas, la presidenta no oculta su afinidad por el fútbol, lo que le añade un matiz personal a su participación. Su presencia activa podría representar una oportunidad para visibilizar a las mujeres no sólo en el ámbito deportivo, sino también en la esfera política internacional. Una eventual intervención en la inauguración consolidaría ese mensaje y pondría a México como un referente de inclusión en eventos deportivos de talla mundial.