
Monterrey, NL. – El béisbol, como la vida, se decide en los momentos más inesperados. Y anoche, en el Estadio Mobil Super, los Sultanes de Monterrey ofrecieron una lección de resistencia, coraje y corazón al firmar una remontada inolvidable ante los Rieleros de Aguascalientes. Con el marcador en contra durante ocho largas entradas, los Fantasmas Grises se aferraron a la esperanza y terminaron dando vuelta al juego con un rally de cuatro carreras en la novena entrada, ganando 5‑3 y completando una dramática barrida en la serie.
El encuentro arrancó con una tónica favorable para los Rieleros, quienes desde el primer tercio del partido impusieron condiciones gracias a una ofensiva precisa y una sólida actuación monticular. Fue en la cuarta entrada cuando Luis Avilés Jr. rompió el cero con un cuadrangular solitario por el jardín izquierdo, que silenció momentáneamente a la afición regia.
Con ese batazo, Aguascalientes tomó confianza, y más tarde ampliaron la ventaja con par de carreras adicionales, gracias a un doblete productor y un mal tiro defensivo que permitió el 3‑0. La pizarra lucía complicada para los Sultanes, que no encontraban la fórmula para descifrar los envíos de Elniery García, el abridor visitante, quien lucía dominante, manteniendo a raya a la ofensiva regiomontana durante cinco entradas completas.
Pero los Sultanes no estaban dispuestos a rendirse tan fácilmente. Fue en la sexta entrada cuando llegó el primer destello de esperanza. Tito Valenzuela, con temple y oportunidad, conectó un sencillo al jardín derecho que remolcó a José Cardona con la primera carrera para Monterrey. El estadio reaccionó. El rugido de los más de 14 mil aficionados presentes comenzó a sentirse, como un aviso de que la historia estaba lejos de terminar.
La defensa también tuvo su momento. En la parte alta del octavo episodio, cuando los Rieleros amenazaban con ampliar su ventaja, Donovan Casey protagonizó una jugada de antología: un fildeo espectacular de espaldas al plato, robándole un hit al veterano Carlos Pérez. Esa acción fue más que una jugada, fue una inyección de energía y motivación para el dugout de casa.
El cierre del noveno episodio fue simplemente de película. Con la presión al máximo y la derrota tocando la puerta, Ramiro Peña abrió la entrada negociando una base por bolas. Inmediatamente después, Esteban «Pony» Quiroz fue golpeado por el pitcher, colocando dos hombres en base sin outs. El manager Roberto Kelly, fiel a su estilo estratégico, ordenó un toque de sacrificio a Luis Santos, quien ejecutó a la perfección, moviendo a Peña a la antesala.
En ese momento, los Rieleros decidieron traer a su cerrador, James Burnette, para enfrentar a un encendido José Cardona, quien entró como bateador emergente. Y fue entonces cuando la historia cambió: Cardona conectó un sencillo al jardín central que remolcó a Peña y a Quiroz, empatando el juego 3‑3 y desatando la locura en el estadio.
Pero el momento cumbre aún estaba por llegar. Con Cardona en base, el también emergente Josh Lester se paró en la caja de bateo. En cuenta de 2 bolas y 1 strike, Lester giró con fuerza y depositó la pelota más allá de la barda del jardín derecho. Un walk-off home run que no solo selló la victoria, sino que convirtió la noche en un capítulo épico en la historia reciente del club regiomontano.
José Cardona: Héroe silencioso con 2 carreras producidas en la novena.
Josh Lester: El bateador emergente que desató la locura con su cuadrangular de oro.
Donovan Casey: Defensivamente impecable, su atrapada en el octavo fue vital.
Zack Leban: Se llevó la victoria tras lanzar el noveno sin permitir daño.
Jojanse Torres: Cargó con la derrota al permitir el imparable del empate.
Con esta victoria, los Sultanes no solo firmaron la barrida ante Aguascalientes, sino que reforzaron su posición como líderes de la Zona Norte, demostrando que son un equipo completo: con poder, pitcheo, defensa y, sobre todo, carácter. Han ganado 6 de sus últimas 7 series, y ahora encaran la recta final de la temporada con una moral por las nubes y una afición completamente entregada.