
5 SEPTIEMBRE 2025- INTERNACIONAL- Cuando el legendario David Bowie falleció en 2016, su álbum póstumo Blackstar fue aclamado como una despedida magistral. Sin embargo, un nuevo descubrimiento ha revelado que el artista dejó un legado aún más profundo. Se trata de un proyecto musical inconcluso, descrito en sus notas como un «musical del siglo XVIII», del cual nadie, ni siquiera sus más cercanos colaboradores, tenía conocimiento. La existencia de esta obra, titulada The Spectator, se mantuvo en secreto hasta que sus notas fueron halladas bajo llave en su estudio.
Este descubrimiento, que ha sido donado al Museo V&A junto con el resto del archivo de Bowie, es un tesoro para los fanáticos y la crítica. Compartidas en exclusiva con la BBC, las notas del artista muestran su fascinación por el arte y la sátira del Londres del siglo XVIII. Bowie exploró temas como el desarrollo de bandas criminales y la historia de «Honest» Jack Sheppard, un famoso ladrón de la época. Esto demuestra que la mente de Bowie, incluso en sus últimos meses de vida, continuaba explorando nuevos territorios artísticos, siempre con un enfoque único y vanguardista.
La revelación de este proyecto inédito nos ofrece una nueva perspectiva sobre los últimos días del artista. Aunque Blackstar fue un regalo de despedida, un álbum marcado por su diagnóstico de cáncer y su aceptación de la mortalidad, las notas de The Spectator demuestran que Bowie no dejó de trabajar. Su creatividad siguió fluyendo, y su mente estaba ya en un nuevo desafío. La existencia de este proyecto, que va en una dirección totalmente distinta a Blackstar, nos revela a un artista incansable que, a pesar de su enfermedad, se mantuvo activo y con una visión clara de su futuro creativo.

Un legado enigmático y el valor de las notas inconclusas
El proyecto The Spectator es un legado enigmático, ya que se encuentra inconcluso y no sabemos cómo habría sonado. Este descubrimiento invita a la especulación y al análisis de los procesos creativos de uno de los artistas más importantes del siglo XX. Las notas, dibujos y pensamientos que Bowie dejó atrás son un valioso material para entender su mente y sus inspiraciones. El hecho de que este proyecto haya permanecido oculto durante años es un reflejo del carácter privado de Bowie, quien se mantuvo fiel a su arte hasta el final, sin la necesidad de anunciar cada paso de su proceso creativo.

El hallazgo de un proyecto póstumo plantea una serie de preguntas éticas sobre el destino de la obra de un artista después de su muerte. ¿Debería ser completado por otros músicos? ¿Debería permanecer como un documento de un proceso creativo? En el caso de Bowie, la decisión de la familia y de sus colaboradores de donar el material al Museo V&A es un acierto, ya que permite que este legado se estudie y se preserve para las futuras generaciones, sin la presión de tener que ser completado. Es un testimonio de que una obra de arte no tiene que estar terminada para ser valiosa.
El proyecto The Spectator cobra un valor agregado cuando se entiende el contexto histórico que David Bowie quería explorar. El título hace referencia a una famosa publicación periódica británica del siglo XVIII, cofundada por el ensayista Joseph Addison. Esta publicación, al igual que la obra de Bowie, se caracterizaba por su enfoque en la sátira social y la crítica de las costumbres de la época. Este descubrimiento demuestra que Bowie no solo estaba interesado en la música, sino también en la historia y en cómo la cultura popular ha evolucionado a lo largo del tiempo. Su fascinación por el pasado y su capacidad para reinterpretarlo para el presente lo convierten en un artista atemporal, cuyo trabajo, incluso el que dejó inconcluso, sigue siendo relevante y de gran valor cultural.

