
Recientemente, Donald Trump sugirió que sería una buena idea de rehabilitar la famosísima Penitenciaría de los Estados Unidos, conocida en todo el mundo como Alcatraz, para encerrar a narcotraficantes y otros tipos de “delincuentes.” de alta peligrosidad. Estas declaraciones generaron suspicacia entre muchas personas, sobre todo por lo inviable y caro que sería. Lo que sí es una certeza es que la historia de esta isla es interesantísima y vale la pena conocerla.
Más allá de elucubraciones, que no sabemos qué tanto de realidad tienen, este archipiélago ha sido muchas cosas. Un refugio hermoso para pelícanos, un sitio estratégico para defensa militar, una cárcel de alta seguridad, y un museo para que la gente no olvide los límites entre lo humano y los inhumano.

El nombre Alcatraz hace referencia a la rica vida marina que hay en la isla. Se trata de un tipo de pájaro blanco que se caracteriza por su pico largo y alas con bordes negros. Esta especie vive en el Pacífico Norte y su belleza y sensibilidad conquistaron a los primeros exploradores, tanto que bautizaron al sitio con este topónimo.
Pero además de pelícanos bonitos, Alcatraz siempre fue un lugar estratégico. Y es que la ubicación de esta isla ha sido decisiva en términos militares. Este pedazo de tierra se encuentra frente a la bahía de San Francisco, al norte de California y es de difícil acceso.
Los primeros años de Alcatraz
Este peñasco, un tanto solitario, fue descubierto en 1775 por una flota española. comandada por Juan Manuel de Ayala, que al ver la gran cantidad de pelícanos la llamó “La isla de los alcatraces”.
En un principio sólo iban algunos entusiastas del avistamiento de aves, pero pronto, en 1850, Alcatraz se convirtió en una fortaleza militar construida para defender a San Francisco de posibles ataques externos. Su posición privilegiada en las alturas, la convertía en un lugar ideal.

Y es que los grandes estrategas sostenían que era imposible escapar de este sitio, no había manera de nadar al otro lado y sobrevivir. Si alguien lo intentaba moriría congelado en las aguas de pacífico o sería arrasado por las corrientes y las olas gigantes
A pesar de no haber recibido nunca ningún ataque, la isla se quedó como enclave militar, y para inicios del siglo XX ya era una prisión destinada a los soldados insurrectos, a los desertores y a los ladrones dentro de la institución.
La cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos
Fue así como en 1933 el gobierno, comandado por Franklin Roosevelt, decidió quitarle el mando a los militares y convertir este lugar en una prisión que albergara a los criminales más peligrosos de Estados Unidos.
Pronto llegaron los prisioneros con peor reputación y los más hábiles. Las celdas de Alcatraz hospedaron a leyendas criminales como Al Capone, condenado por contrabando de alcohol y por ser el líder de la mafia de Chicago o Machine Gun Kelly uno de los ladrones de bancos más famosos del mundo.

Cuentan los historiadores que la vida cotidiana en esta prisión era estricta. Al ser cárcel de máxima seguridad había un prisionero por celda, y se limitaba casi al máximo la comunicación entre los habitantes, casi siempre había un silencio aterrador. Sólo los que tenían buen comportamiento, a través del tiempo, podían ganarse el derecho a recibir visitas.

La cárcel contaba con áreas de comedor, una gran cocina y un hospital. Para entretenerse, los presos se dedicaban a mantener el pie los edificios que necesitaban mucho mantenimiento. Asimismo, eran obligados a trabajar en tareas sencillas como hacer costura o diversas chambas de carpintería.
Alcatraz y las fugas
Durante los años que sirvió como cárcel, Alcatraz tuvo al menos catorce intentos de fuga. Algunos fueron descubiertos antes de que sucedieran y otros están envueltos en el anonimato y se han convertido en historias célebres,. que incluso han llegado a Hollywood.
Y es que tratar de escapar, nunca fue una tarea sencilla, ya que la Bahía de San Francisco es realmente fría, se estima que las temperaturas oscilan entre los 10 y los -15 grados. Además la distancia con la tierra firme es de poco más de dos kilómetros.

Entre todas las tentativas de escape, murieron al menos ocho personas, algunas por disparos y otras ahogadas en su intento de nadar para encontrar tierra firme. Para la sorpresa de muchos, hubo un caso en el que dos presos lograron desaparecer.
Este caso ocurrió en 1962, cuando Clarece y John Anglin idearon minuciosamente su huida del penal. Durante meses, los hermanos fueron agrandando los hoyos de ventilación de sus celdas. Paralelamente construyeron una balsa con impermeables que les permitiría navegar en las turbulentas aguas del Pacífico.

Una noche, durante la última revisión, engañaron a los vigilantes con dos cabezas falsas y sábanas, en vez de cuerpos. Nunca se supo de ellos, algunos piensan que lograron lo imposible, sin embargo, las autoridades dijeron que era altamente probable que se hayan muerto ahogados… hasta ahora nadie sabe.
De cuando Alcatraz se convirtió en Museo
La Penitenciaría de Estados Unidos estuvo abierta casi tres décadas. Sin embargo, mantenerla era realimente caro. Su ubicación dificultaba la llegada de los insumos diarios, además no había agua potable y era muy costoso mantener a cada preso .
Fue así como en 1963, por instrucciones de Kennedy, la cárcel cerró sus puertas y al fin se convirtió en parque nacional con espacio para visitas. Hoy es la sede de uno de los recintos históricos más importantes de Estados Unidos, El Museo del Crimen de Alcatraz, visitado por millones de personas cada año.

Para muchos, convertir este espacio en una cárcel de nuevo, es imposible. Pero como lo demuestra la historia de esta penitenciaría, sólo el tiempo lo dirá.