17 DE SEPTIEMBRE DEL 2025 – NACIONAL. Un verdadero escándalo de corrupción y evasión fiscal ha sido destapado en el Puerto de Tampico. Un vasto entramado de huachicol fiscal, que involucraba a por lo menos 14 barcos y 300 pipas, fue desarticulado por las autoridades federales. Según el expediente del caso, un testigo protegido, identificado como “Santo”, reveló la existencia de una compleja estrategia de robo de combustible. Las embarcaciones, procedentes principalmente de Houston, ingresaban al puerto declarando una carga de “aditivos para aceites lubricantes a granel”, cuando en realidad transportaban hidrocarburos, burlando así a las autoridades aduaneras.
El testimonio de “Santo” es clave para entender la magnitud de la operación. El testigo afirmó que en el recinto fiscal de Tampico un “ejército de pipas” era el encargado de descargar los buques. Según su percepción, se trataba de unas 300 pipas, muchas de las cuales regresaban una y otra vez, en lo que describió como un “carrusel” para transportar el combustible de forma ilegal. Esta revelación no solo expone la sofisticación del plan de huachicol, sino también la gran cantidad de vehículos y personal involucrado en la red.

La Red de Corrupción y las Ganancias del Huachicol
La investigación ha revelado el millonario esquema de sobornos que sostenía esta operación. Por cada barco descargado, la red de corrupción pagaba un soborno de 1.75 millones de pesos a funcionarios de la Aduana de Tampico. Este monto se repartía entre los implicados en la red de huachicol, con sumas que oscilaban entre los 100 mil y los 300 mil pesos por persona. Este sistema de pagos, que permitía el ingreso ilegal de la mercancía, ha puesto de manifiesto la profunda complicidad de ciertos funcionarios en este delito.
La evidencia del huachicol fiscal era, para quienes trabajaban en el puerto, tan simple como el olor. A pesar de que la carga estaba declarada como aditivos, el aroma a combustible era inconfundible. Las muestras de laboratorio, que extrañamente salían negativas, y los comentarios de los mismos operadores de las pipas, que notaban un olor diferente al de los aceites, levantaron las sospechas que eventualmente llevaron a la desarticulación de la red. Esto subraya cómo, a pesar de los intentos por ocultar el ilícito, las señales de alerta estaban presentes.
La Respuesta de las Autoridades y el Desmantelamiento de la Red
El titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, confirmó la desarticulación de esta red. A principios de septiembre, se inspeccionó un barco que había llegado a Tampico, lo que llevó a la detención de 14 personas y al aseguramiento de más de 190 vehículos y 10 millones de litros de diésel. La operación, que incluyó cateos simultáneos en Tamaulipas, ha representado un duro golpe a este tipo de huachicol, que afecta gravemente las finanzas públicas del país.

El hallazgo de esta red de huachicol fiscal es un recordatorio de que este delito ha evolucionado más allá del robo de combustible de ductos. Los grupos delictivos han encontrado nuevas formas de operar, aprovechando las lagunas en los controles aduaneros para ingresar y comercializar hidrocarburos de forma ilegal. La sofisticación del esquema en Tampico, que utilizó barcos y un gran número de pipas, muestra un nuevo nivel en la lucha contra este flagelo. La acción de las autoridades federales envía una señal clara de que se continuará persiguiendo y desarticulando estas redes, sin importar cuán complejas sean sus operaciones.