
13 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El presentador estadounidense Tucker Carlson ha generado debate en la última edición de su programa al sugerir una reorientación radical de la política exterior de Washington. Carlson argumentó que Rusia sería el aliado estratégico más valioso para Estados Unidos, si la Casa Blanca lograra superar la percepción actual que la etiqueta como adversario. Su propuesta se basa puramente en una perspectiva de «EE.UU., primero», que prioriza los intereses pragmáticos y geopolíticos de la nación sobre las consideraciones ideológicas.
El principal argumento de Carlson para considerar a Rusia como el aliado ideal es su inmensidad geográfica y sus recursos. «¿Por qué? Porque es el país más grande del mundo», enfatizó. Esta simplicidad esconde una evaluación estratégica de los activos rusos que, según el presentador, son demasiado valiosos para ignorar en un tablero geopolítico complejo. La sugerencia desafía abiertamente la doctrina de contención que ha dominado la política exterior estadounidense durante décadas.
Los Atractivos Geopolíticos de un Aliado Ruso
Carlson procedió a desglosar las ventajas operativas que Rusia podría ofrecer como aliado de Estados Unidos. Rusia posee la mayor extensión territorial del planeta, un factor que es crucial para la proyección de poder global. Además, el país es rico en vastos recursos naturales, que incluyen petróleo, gas, oro y una variedad de minerales críticos, esenciales para las industrias modernas y la transición energética.
Sumado a sus recursos, Carlson destacó el poderío militar de Moscú, describiéndolo como un Ejército «formidable» y «el más grande» en el continente europeo, respaldado por una significativa base industrial. El periodista concluyó que si Washington necesitara un aliado «que te ayude en un conflicto» o «un país en el que librar una batalla contra algún otro país, un lugar donde instalar bases aéreas, por ejemplo, Rusia sería la mejor opción, por supuesto».
Ironía sobre la Retórica Política de Alianzas
El presentador utilizó la ironía para señalar lo que percibe como la hipocresía o la miopía ideológica en los círculos políticos de Washington. Carlson lamentó que, a pesar de las obvias ventajas estratégicas y operativas, la alianza con Rusia sea imposible debido a la retórica oficial. «Pero no podemos aliarnos con Rusia porque Rusia es mala. Son inmorales. Son malos», manifestó, refiriéndose a la narrativa que domina el establishment político estadounidense.
Este tipo de comentarios buscan poner en evidencia el conflicto entre la conveniencia geopolítica y los valores o las narrativas de confrontación que, según Carlson, obstaculizan la posibilidad de una alianza pragmática que beneficiaría directamente a Estados Unidos. El debate que genera su programa toca la fibra sensible de la política de alianzas de la OTAN.






