
Los líderes de los tres países anfitriones de la Copa Mundial FIFA 2026 —Claudia Sheinbaum (México), Donald Trump (Estados Unidos) y Mark Carney (Canadá)— se reunirán este viernes en Washington, D.C., para encabezar el sorteo que definirá los grupos del torneo. La ceremonia, establecida en el imponente escenario del John F. Kennedy Center for the Performing Arts, promete dotar al evento deportivo de una inédita dimensión diplomática, en un contexto cargado de retos comerciales, geopolíticos y deportivos.
El sorteo definirá la integración de los 48 equipos que participarán en la justa; hasta ahora, 42 selecciones están clasificadas, mientras que los últimos boletos se definirán en la repesca de marzo. Más allá del fútbol, la presencia simultánea de estos mandatarios explota la oportunidad para retomar negociaciones bilaterales pendientes, especialmente en torno al Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), cuya renovación —y continuidad— pende de decisiones que tendrán gran impacto económico.
Para la mandataria mexicana, asistir al sorteo tiene un significado claro: la búsqueda de estabilidad y colaboración regional. Sheinbaum reiteró que su presencia obedece a su intención de sostener “pequeñas reuniones” con sus homólogos, tanto con Trump como con Carney, con ánimo de fortalecer la coordinación entre los tres países.
El ambiente previo al encuentro no está exento de tensión. Las recientes declaraciones de Trump sobre la posibilidad de dejar expirar el T-MEC o renegociarlo han tensionado las relaciones con México y Canadá. Esta incertidumbre impone un reto diplomático: lograr que la cita del Mundial sirva también como reencuentro político y reafirmación de compromisos conjuntos.
En tanto, autoridades de los tres países reconocen que el evento del sorteo no solo es una coyuntura deportiva, sino una plataforma para proyectar unidad regional y reforzar la logística del Mundial compartido, que arrancará en junio de 2026 en territorio estadounidense. La magnitud mediática del evento —con audiencias potenciales de cientos de millones de personas— podría servir como telón de fondo para negociaciones delicadas.







