30 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El presidente Donald Trump ha ordenado a los líderes militares de Estados Unidos reanudar las pruebas nucleares explosivas, una acción que el país no realiza desde hace más de tres décadas. La decisión, anunciada en redes sociales poco antes de una reunión con el presidente chino Xi Jinping, busca, según el mandatario, «mantenerse a la par» con países como Rusia y China. Trump afirmó que, aunque EE.UU. posee más armas nucleares que cualquier otro país, la reanudación de las pruebas nucleares se hace necesaria debido a los programas y ensayos de misiles de otras potencias.
La última prueba nuclear estadounidense ocurrió en 1992, antes de que el entonces presidente George H.W. Bush declarara una moratoria al finalizar la Guerra Fría. La orden de Trump marca, por lo tanto, un aparente y significativo cambio de dirección en la política de seguridad nacional de larga data de EE.UU. El presidente reconoció el «tremendo poder destructivo» de estas armas, pero indicó que no le quedaba «otra opción» más que actualizar y renovar el arsenal. Ningún país, aparte de Corea del Norte, ha llevado a cabo una detonación nuclear explosiva en lo que va de este siglo, lo que subraya la gravedad de este anuncio.
Un Contexto de Escalada y el Vencimiento de Tratados
La declaración del presidente Trump ocurre tan solo días después de que denunciara a Rusia por supuestamente probar un misil de alcance ilimitado impulsado por energía nuclear. Además, Rusia anunció recientemente pruebas exitosas de dos nuevos sistemas de armas con capacidad nuclear, aunque estas no implicaron explosiones. El anuncio de Trump sobre la reanudación de las pruebas nucleares sucede, de forma crucial, 100 días antes de que expire el Nuevo Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (New Start) en febrero de 2026.
Este tratado es el único acuerdo de armas nucleares que se mantiene vigente entre EE.UU. y Rusia, limitando a cada nación a 1.550 ojivas en misiles desplegados con capacidad de alcance intercontinental. La orden de reanudar las pruebas nucleares pone una presión adicional sobre este acuerdo, cuyo objetivo es justamente la estabilidad y la reducción de la carrera armamentística. La tensión geopolítica y el aparente desinterés por la renovación de acuerdos de control de armas crean un escenario de incertidumbre en la seguridad mundial.
Dudas Técnicas y Oposición Política a las Pruebas Nucleares
El anuncio de Trump no ofreció detalles sobre cómo se llevarían a cabo las pruebas, más allá de asegurar que el «proceso empezará inmediatamente» y que los sitios serían determinados más tarde. No obstante, el sitio de pruebas de Nevada, donde se realizó la última detonación en 1992 (llamada Divider), sigue siendo operado por el gobierno y podría reactivarse. Expertos en la materia señalan que reanudar las pruebas nucleares subterráneas en Nevada podría tomarle a EE.UU. al menos 36 meses, es decir, tres años.
El director ejecutivo de la Asociación de Control de Armas (ACA), Daryl G. Kimball, criticó la decisión, calificándola de «malinformada y desactualizada». Kimball argumentó que EE.UU. no tiene ninguna justificación «técnica, militar ni política» para reanudar las pruebas nucleares explosivas. Además, advirtió que la acción desataría una fuerte oposición pública y de aliados, y podría provocar una reacción en cadena de pruebas por parte de adversarios, lo que destrozaría el Tratado de No Proliferación Nuclear, crucial para la estabilidad global.
El número exacto de ojivas nucleares es un secreto. Sin embargo, se estima que Rusia tiene el arsenal más grande, con unas 5.459 ojivas, seguido de cerca por EE.UU., con unas 5.177, según la Federación Americana de Científicos (FAS). China se encuentra en un «distante tercer puesto» con aproximadamente 600 ojivas, pero el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) proyecta que su arsenal podría superar las 1.000 armas nucleares para 2030.
La oposición también se manifestó en la esfera política interna. La representante demócrata por Nevada, Dina Titus, anunció que interpondrá legislación para detener la reanudación de las pruebas nucleares. Estos hechos traen a colación el origen de la era nuclear, iniciada por EE.UU. con la prueba Trinity en 1945, y su posterior uso en Hiroshima y Nagasaki.
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