
20 JULIO 2025- INTERNACIONAL-Donald Trump ha iniciado una nueva demanda legal, esta vez dirigida contra The Wall Street Journal, el conglomerado News Corp y su propietario Rupert Murdoch, por la publicación de una supuesta carta enviada al fallecido Jeffrey Epstein. El documento, que contendría un dibujo obsceno y una firma atribuida a Trump, habría sido parte de un álbum recopilado por Ghislaine Maxwell, exasistente de Epstein. El exmandatario negó rotundamente su autenticidad, calificándolo como un artículo “falso, malicioso y difamatorio”.
Acusaciones de falsedad y manipulación
Trump aseguró que la demanda no solo busca limpiar su imagen, sino defender a los estadounidenses de los abusos mediáticos. En su red social Truth Social, calificó la publicación como parte de una campaña orquestada por medios que, según él, “ya no se dedican a informar, sino a destruir reputaciones”. Además, arremetió directamente contra Murdoch, asegurando que deberá pasar largas horas declarando junto a sus “amigos” en este proceso judicial.

El Wall Street Journal sostiene que entre las cartas recibidas por Epstein por su 50 cumpleaños se encontraba una firmada por Trump, con una ilustración sexualmente explícita. Según el medio, la carta habría sido una contribución al regalo elaborado por Maxwell. Trump, en entrevista con el diario antes de la publicación del artículo, advirtió que no autorizaba su divulgación, e incluso negó tajantemente ser el autor.
Contexto político y presión sobre el caso Epstein
La demanda ocurre en un momento tenso, cuando el caso de Epstein ha resurgido con fuerza en Estados Unidos. Una reciente investigación del FBI y el Departamento de Justicia concluyó que no existía una “lista de clientes” famosos ni indicios de chantaje, como sostenían teorías conspirativas. También se reafirmó que Epstein se suicidó, descartando así versiones que apuntaban a un posible asesinato.
Sin embargo, la publicación de esta carta añade una capa más de controversia. Los sectores más radicales del movimiento Make America Great Again han expresado su decepción por los hallazgos oficiales, argumentando que el gobierno ha sido poco transparente. Trump autorizó a su fiscal general, Pam Bondi, a divulgar más archivos siempre que la ley lo permita, pero también criticó a sus seguidores por dejarse “engañar” por los demócratas.

El escándalo ha generado un fuerte debate sobre los límites del periodismo de investigación, el uso de fuentes documentales privadas y el papel que juegan los medios en el ámbito político. Esta controversia plantea preguntas urgentes: ¿cuáles son las consecuencias éticas de publicar cartas atribuidas sin pruebas definitivas? ¿Y hasta dónde puede llegar un medio en su búsqueda por revelar la verdad sin caer en la difamación?