
21 DE DICIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El Departamento de Estado de los Estados Unidos reafirmó este sábado la postura del presidente Donald Trump respecto a la vigilancia militar en el Caribe. Según el mensaje oficial, el despliegue de barcos de guerra tiene como objetivo principal «recuperar el petróleo estadounidense» que se encuentra en territorio venezolano. El mandatario fue enfático al declarar desde la Base de la Fuerza Aérea de Dover que no permitirá el paso de ninguna embarcación que no deba estar en la zona, endureciendo así la presión sobre el gobierno de Caracas.
Durante sus declaraciones, Trump justificó este bloqueo naval alegando que en el pasado se les arrebataron todos los derechos energéticos de manera ilegal. «Nos quitaron todo el petróleo y lo queremos de vuelta», sentenció el presidente ante los medios. Esta postura ha generado diversas interpretaciones sobre a qué eventos históricos se refiere exactamente, pues el mandatario sostiene que la infraestructura y los recursos que hoy controla el Estado venezolano pertenecen legítimamente a los intereses de la nación norteamericana.
El origen de la disputa por las propiedades petroleras
Existen diversas teorías sobre los motivos que impulsan este bloqueo naval y las quejas de confiscación. Algunos analistas sugieren que Trump se refiere a la época de Hugo Chávez, cuando empresas estadounidenses perdieron sus propiedades al no aceptar que el gobierno venezolano tuviera la mayoría de las acciones en sus proyectos. Otras voces indican que el reclamo podría remontarse incluso a la nacionalización del petróleo ocurrida en 1976, un evento que cambió para siempre la relación energética entre ambos países y que Washington parece no haber olvidado.
A pesar de la intensidad del bloqueo naval, el sector privado de Estados Unidos no parece compartir el mismo entusiasmo que la Casa Blanca por regresar al país sudamericano. Reportes de medios especializados indican que el gobierno de Trump ha consultado directamente a las grandes petroleras sobre su interés de volver a operar en Venezuela en caso de un cambio de gobierno. La respuesta de las empresas, por ahora, ha sido un rotundo «no», debido a la inestabilidad y los riesgos que representa el entorno político y económico actual en la región.
Impacto en la navegación y el control energético
El control de las rutas marítimas mediante este bloqueo naval busca asfixiar la capacidad del gobierno de Nicolás Maduro para comercializar crudo en el mercado internacional. Trump ha sido claro al decir que bajo su supervisión nadie pasará por esas aguas de manera irregular, lo que implica una vigilancia constante por parte de la Armada estadounidense. Esta estrategia pretende forzar una situación donde los recursos energéticos vuelvan a estar bajo la influencia de Washington, revirtiendo lo que el presidente considera un robo histórico contra su país.






