

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este lunes que a partir del 1 de agosto impondrá un arancel del 25% a productos importados desde Japón y Corea del Sur. La medida, según explicó en un breve mensaje, forma parte de su nueva estrategia comercial para «proteger el empleo estadounidense y equilibrar la balanza comercial».
Aunque no detalló qué sectores serán afectados, fuentes cercanas al Departamento de Comercio indicaron que la medida incluiría productos electrónicos, automóviles y maquinaria industrial. Japón y Corea del Sur son dos de los principales socios comerciales de EE.UU., por lo que este anuncio podría tener un impacto importante en el comercio internacional.
Trump justificó los aranceles asegurando que ambos países “se han beneficiado durante años de relaciones comerciales desiguales” y que es momento de que “paguen su parte justa”. La noticia tomó por sorpresa a mercados y analistas, quienes temen una escalada de tensiones económicas en Asia.
La medida podría tensar aún más las relaciones comerciales en Asia y golpear las cadenas de suministro globales
Tanto el gobierno japonés como el surcoreano respondieron con declaraciones moderadas, pero advirtieron que evaluarán represalias comerciales si no se llega a un acuerdo antes de la fecha límite. Empresarios de ambos países manifestaron preocupación por los posibles aumentos de costos y la interrupción en cadenas de suministro compartidas.
Especialistas señalan que esta medida también podría afectar a consumidores estadounidenses, ya que muchos de los productos que vienen de estos países son componentes clave en la industria tecnológica, automotriz y de telecomunicaciones. Las empresas locales que dependen de esas piezas podrían ver aumentos en sus costos de producción.