Londres, 17 jul (EFE).- La tradición y la pompa caracterizaron este miércoles la ceremonia de apertura del Parlamento británico tras las elecciones del 4 de julio, en las que el Partido Laborista obtuvo la victoria por primera vez en los últimos 14 años.
El acto, cuyo evento central fue, como es tradición, el Discurso del rey Carlos III, se inició con una espectacular procesión en carroza desde el palacio de Buckingham, seguida de la alocución del monarca sentado en un trono en la Cámara de los Lores.
Fue la tercera vez que Carlos III, que asumió la Corona el 8 de septiembre de 2022, dirigió esta ceremonia, aunque tan solo la segunda como soberano, ya que previamente había sustituido en una ocasión a su madre, Isabel II, cuando padeció problemas de movilidad. Fue también su primera intervención con un Gobierno del Partido Laborista.
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Siglos de historia
En un día soleado en Londres, tras días de nubes y lluvia, Carlos III y la reina Camila llegaron en carruaje hasta la Entrada del Soberano del Palacio de Westminster -sede parlamentaria- desde el Palacio de Buckingham, en compañía de la Caballería de la Casa Real.
Una vez allí, en torno a las 11:15 hora local (10:15 GMT), los monarcas se dirigieron a la ‘robing room’ para prepararse para la ceremonia, donde con anterioridad se había depositado la corona imperial, símbolo de la relación entre Monarquía y Parlamento.
Mientras, el presidente de la Cámara de los Comunes (baja), Lindsay Hoyle, procesionó hasta dicha cámara, donde esperaban los diputados recién elegidos en los comicios de hace casi dos semanas.
Posteriormente, el rey, ya portando la túnica de Estado y la corona –que tiene 2.868 diamantes, 17 zafiros, 11 esmeraldas, 273 perlas y 5 rubíes–, caminó de la mano de la reina Camila, también con capa y corona, hasta la Cámara de los Lores, para sentarse en los tronos que se sitúan en ella.
Comunes, Lores y Corona
Esa fue la señal para que Sarah Clarke, el ‘Black Rod’, alto cargo responsable de controlar el acceso y mantener el orden en la cámara alta, acudiera a llamar a los miembros de los Comunes, donde, como signo de la independencia de éstos frente a la Corona, fue recibida con un portazo.
Tras golpear la puerta en tres ocasiones con la vara negra que portaba, se le permitió el acceso y se dirigió al presidente de la cámara baja para trasladar el mensaje del rey y convocar a los diputados a la sala de los Lores para escuchar el discurso.
De dos en dos, los miembros de los Comunes caminaron hacia la Cámara de los Lores (alta, no electa), momento en el que se pudo ver al primer ministro, el laborista Keir Starmer, intercambiar unas palabras con el ahora líder de la oposición, el conservador Rishi Sunak.
Una vez finalizado el discurso, se inició el proceso inverso, en el que los monarcas regresaron a la ‘robing room’ para abandonar Westminster y los diputados volvieron a la Cámara de los Comunes, donde esta tarde dará comienzo la primera sesión del nuevo Parlamento.
Preparaciones antes del discurso
Aunque la mayor parte del evento ocurre ante las cámaras, algunas de las tradiciones suceden antes incluso de la llegada del monarca al Parlamento.
En concreto, alrededor de las 9:30 hora local (8:30 GMT), la Guardia Real inició la revisión de los sótanos del Palacio de Westminster en busca de explosivos, rememorando la conspiración de la pólvora de Guy Fawkes en 1605, intento fallido de un grupo católico de ingleses para matar al rey protestante Jacobo I y a los miembros del Parlamento.
Detrás de las bambalinas también ocurrió uno de los actos más simbólicos de la jornada, en el que uno de los diputados –habitualmente el vicechambelán de la Cámara, actualmente Samantha Dixon– permaneció en el Palacio de Buckingham como ‘rehén’ hasta que el monarca regresó sano y salvo tras la ceremonia.
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