Un dramático episodio de venganza, encabezado por Ricardo y dirigido contra Elena, una joven de 27 años ha culminado en la destrucción y el saqueo de valiosos objetos en su residencia. Este acto de venganza, supuestamente motivado por una presunta infidelidad, ha desatado una ola de debate entre la comunidad cibernética, polarizando opiniones.
![Venganza del joven de Cancún por infidelidad, un caso de violencia simbólica](https://laverdadnoticias.com/__export/1694647207012/sites/laverdad/img/2023/09/13/foto_-_2023-09-12t205832_767.png_793492074.png)
La renombrada psicóloga Alim Yam ha compartido con La Verdad Noticias un minucioso análisis psicológico que arroja luz sobre el comportamiento de ambos implicados. Estos individuos, sometidos a juicios en las redes sociales, han sido objeto de críticas marcadas por el machismo, careciendo de un enfoque objetivo frente al contexto social imperante en el país.
«En esta coyuntura, la cuestión fundamental reside en que, desde una perspectiva de género, la acusación recae sobre ella meramente por ser mujer. Sin embargo, lo esencial radica en que este incidente constituye un patente ejemplo de violencia simbólica, donde un individuo busca ejercer poder o hacer valer su autoridad sobre otro. Importa destacar que la víctima no solo experimentó violencia de género, sino también patrimonial, económica e intrafamiliar», explica la psicóloga Yam.
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La psicóloga resalta que antes de etiquetar el beso mencionado como infidelidad, es crucial indagar en el trasfondo psicoemocional de la relación de pareja. No obstante, la violenta reacción de Ricardo hacia las posesiones de Elena arroja luz sobre un problema psicológico profundo.
«En realidad, la culpabilidad recae en él, dado su comportamiento agresivo. Prácticamente se perfila como un posible agresor en potencia y, sin lugar a duda, carece de control de impulsos. Desde un enfoque psicológico, la pareja de Elena no contribuía ni en el ámbito emocional ni en el económico. Esto no implica que ella esté eximida de responsabilidad debido a la falta de apoyo financiero de su pareja, sino que su compañero simplemente no satisfacía las necesidades fundamentales que conlleva una relación», aclara la experta.
En relación con la reacción en las redes sociales, la psicóloga destaca que esto ejemplifica claramente el comportamiento misógino y machista aún presente en el país, que no solo se manifiesta en el género masculino, sino también en algunas mujeres.
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«Indudablemente, esta situación es sexista y misógina. ¿Cómo habría reaccionado la sociedad si el infiel hubiera sido Ricardo y Elena hubiera destrozado sus pertenencias? Probablemente, la habrían tachado de ‘loca’ o ‘histérica’. Sin embargo, dado que ella fue etiquetada como la ‘infiel’, todos se han volcado en su contra. Es evidente que nuestra sociedad carece de una sólida perspectiva de género y, sin duda, necesita una mayor sensibilización ante situaciones de esta índole», concluye la psicóloga Alim Yam.