CIUDAD DE GUATEMALA.— El cuerpo de Yovanny, un joven migrante guatemalteco, lleva 13 años en una morgue en Ciudad de México. Intentó migrar en 2011 pero fue secuestrado, torturado y asesinado por criminales en Tamaulipas para después ser abandonado en una fosa común. Su familia pide de nuevo la repatriación de sus restos.
Las autoridades mexicanas recuperaron en su momento un cuerpo y se lo enviaron a la familia de Yovanny para enterrarlo, pero no era él.
Trece años después, los parientes del migrante siguen reclamando que le entreguen a su familiar, pero que también se lleven el cuerpo de quien enterraron en Guatemala porque consideran que otra familia también lo ha de estar buscando, explicó a The Associated Press el lunes Rosmery Yax, abogada de la familia.
“Este fue un error gravísimo, que vulneró los derechos de la familia, la plena identificación de la víctima”, subrayó Rosmery.
Ni el apellido de la familia de Yovanny ni el lugar de su procedencia fueron revelados ni por la Fundación para la Justicia de México, que apoya la búsqueda de justicia en este caso, ni por los abogados en Guatemala. Tampoco los parientes del migrante accedieron a hablar con la prensa, ya que temen las críticas de su comunidad sobre lo sucedido, según manifestó Rosmery Yax.
“En los pueblos indígenas esto no sucede, les han vulnerado su tejido social. La familia, por sus costumbres y tradiciones, dice que no sólo quieren que traigan a Yovanny sino que al mismo tiempo se lleven el otro cuerpo y que Yovanny ocupe el sitio que eligieron para enterrarlo y hay que respetarlo”, recalcó Rosmery.
Una meta truncada por el crimen organizado
Cuando Yovanny, un joven indígena Quiché, salió de su casa en marzo de 2011 tenía 17 años. Pretendía llegar a Estados Unidos en busca de trabajo para apoyar a su familia, que es de escasos recursos, pero su viaje se truncó cuando miembros del crimen organizado lo interceptaron a él y a otros migrantes. A una semana de su viaje el migrante se comunicó con su familia y anunció que estaba en Tamaulipas, y que pronto cruzaría la frontera. Fue la última comunicación y no se supo más de él.
En esa época grupos del crimen organizado secuestraron y desaparecieron a migrantes “para reclutarlos de manera forzada”, según la Fundación.
“Entre abril y mayo (de 2011), el Ejército mexicano reportó el hallazgo de 48 fosas clandestinas con 196 cuerpos en San Fernando, Tamaulipas. Entre ellos, estaba el de Yovanny. Pero nadie lo sabía”, dijo la Fundación en un documento a AP. En 2012, su cuerpo fue entregado a su familia que, sin poder verlo, lo veló y enterró en un cementerio local.
Reducidas a códigos
Según la Fundación para la Justicia, más de 200 personas fueron asesinadas ese año “y reducidas a códigos forenses con los datos de su identificación sobre los cuerpos de las víctimas”.
A Yovanny se le asignó la identificación de “Cuerpo 4 Sin Fosa, de la AP 1114”. Sin embargo, un error en el proceso hizo que la etiqueta fuera puesta a otro cuerpo de otro hombre joven y el de Yovanny recibiera la etiqueta “Cuerpo 5”.
Entre 2010 y 2012 ocurrieron varias masacres, desapariciones y asesinatos de migrantes.
En 2013, se formó la Comisión Forense que desde entonces apoya la identificación de migrantes desaparecidos o asesinados en México. Mediante convenios se empezaron a revisar las identificaciones, donde se detectaron inconsistencias.
“Respecto del caso de Yovanny, (la comisión forense) identificó y luego confirmó que el perfil del cuerpo entregado en 2012 no coincidía con sus familiares. En cambio, sí coincidía con uno de los cuerpos resguardados en Ciudad de México”, dijo la Fundación.
Todas esas masacres fueron perpetradas presuntamente por cárteles que se disputaban el tráfico de migrantes, dice la Fundación.
Más de una década después, un centenar de esas personas siguen sin estar identificados y entre los que sí lo fueron, hay familiares que reclaman cuerpos cremados sin autorización, restos que se daban a familias equivocadas, personas identificadas a cuyos familiares no se buscó durante años, ataúdes cerrados que no se permitió abrir.
Una madre hondureña se quejó ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en una carta en la cual explicó que, en lugar del cadáver de su hijo, solo recibió “un pedazo de carne con tierra y gusanos” y bolsas de plástico. Pero no el cuerpo de su hijo.
Fabienne Cabaret, subdirectora de la Fundación para la Justicia, manifestó que se está pendiente de los resultados de identificación de unos restos en Brasil y varios más en Guatemala, que también pudieron haber sido confundidos.
Esta nota Tragedia migrante en México: Yovanny lleva trece años en la morgue; su sueño no se cumplió apareció primero en Diario de Yucatán.