
Por la noche del miércoles 17 de julio de 2025, un acto de crueldad sacudió una funeraria en Tijuana: un hombre de 33 años, identificado como Marco Antonio Guerrero García, fue brutalmente ejecutado—un disparo directo a la cabeza—mientras velaba a su madre en la Funeraria Hernández, ubicada en el bulevar Díaz Ordaz, colonia Guillén.
Según testigos, dos sujetos irrumpieron en la velación; uno se acercó a corta distancia y disparó varias veces frente al ataúd, quitándole la vida al instante. Después, huyeron en un vehículo tipo sedán, que minutos más tarde apareció abandonado en la colonia Camino Verde, con las puertas abiertas.
Marco Antonio, originario de Guerrero y dedicado a la compraventa de autos, había denunciado días antes haber sido víctima de extorsión por parte de falsos policías. Su muerte en circunstancias tan impactantes ha generado indignación y temor .
La Cruz Roja confirmó su fallecimiento. La Fiscalía de Baja California ya levantó evidencias: al menos dos casquillos fueron asegurados en el lugar, y el vehículo utilizado se encuentra asegurado como parte de la investigación, Hasta ahora no hay detenidos.
📌 Contexto y consecuencias
- El ataque ocurrió en una de las horas más solemnes: un velorio donde la presencia de la víctima era emotiva y vulnerable.
- El uso de víctimas —como falsos policías— en extorsiones es una práctica que, en este caso, podría estar relacionada con lo ocurrido antes del asesinato.
- La violencia se cuela incluso en espacios de duelo, encendiendo alarmas: ¿qué tan seguras están las funerarias y por qué no se evita que estos agresores entren con armas?