
2 DE NOVIEMBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. La muerte de Suzanne Rees, una mujer de 80 años que fue abandonada por un crucero en una isla remota de Australia, ha generado una grave denuncia contra la empresa responsable del viaje. El cuerpo de la pasajera fue encontrado sin vida el domingo en la isla Lizard, en la Gran Barrera de Coral, después de que el buque Coral Adventurer zarpara sin ella el día anterior. Katherine Rees, hija de la víctima, expresó su «impacto y tristeza» ante la tragedia y acusó a la compañía de una «falta de cuidado y sentido común». La víctima era descrita como una persona activa, sana y aficionada al senderismo, lo que profundiza las dudas sobre los protocolos de la línea de crucero.
Suzanne Rees se encontraba en la primera escala de un viaje de crucero de 60 días. Los pasajeros, que pagan sumas significativas por el viaje, fueron transportados a la exclusiva isla para una excursión. Suzanne se unió a una caminata grupal hacia el pico Cook’s Look, pero se separó del grupo al sentirse indispuesta debido al calor. Su hija relató que a su madre se le indicó que descendiera sola y, poco después, el crucero zarpó sin realizar, al parecer, un conteo adecuado de los pasajeros. Esta negligencia llevó a que la pasajera muriera sola en la isla.
Fallo en los protocolos de recuento de pasajeros
La Autoridad Australiana de Seguridad Marítima ha iniciado una investigación sobre el trágico suceso que rodea la muerte de la pasajera. Un portavoz del organismo detalló que no fue sino hasta alrededor de las 21:00 horas del sábado que el capitán del crucero se percató de que la mujer no había regresado a bordo. Horas después se envió un equipo de búsqueda de vuelta a la isla, pero las labores se suspendieron en la madrugada del domingo. Solo tras el regreso de un helicóptero de rescate por la mañana se encontró el cuerpo de Suzanne Rees. El director ejecutivo de Coral Expeditions, Mark Fifield, lamentó profundamente lo ocurrido y ofreció su apoyo a la familia, aunque se abstuvo de dar más comentarios dada la investigación en curso.

La gravedad del incidente radica en que, según expertos de la industria, estos fallos son sumamente inusuales. Harriet Mallinson, editora de cruceros, indicó que las líneas de cruceros tienen sistemas rigurosos para registrar el embarque y desembarque de los pasajeros e incluso tecnología inteligente para prevenir este tipo de sucesos. El Coral Adventurer, diseñado para acceder a áreas remotas, cuenta con pequeños botes auxiliares para las excursiones, lo que debería hacer más estricto el control de los pasajeros. Katherine Rees espera que una investigación forense a fondo determine exactamente «qué debería haber hecho la empresa para salvar la vida de mamá».









