13 de Agosto 2025.- El aumento de los incendios en varias regiones españolas este verano se vincula directamente con un fenómeno atmosférico poco conocido: las tormentas secas. Estas tormentas, caracterizadas por rayos sin lluvia efectiva, se producen en medio de temperaturas extremas y vegetación reseca, facilitando que los incendios se inicien y se propaguen con rapidez. Comprender este fenómeno ayuda a explicar por qué los fuegos se han vuelto tan difíciles de controlar en provincias como Sevilla, Córdoba y alrededores de Madrid.
Según la BBC, las tormentas secas se producen cuando la atmósfera genera actividad eléctrica sin que la precipitación alcance el suelo. Las gotas de lluvia se evaporan antes de tocar la tierra debido al aire extremadamente caliente y seco. Esto convierte a la vegetación en un combustible listo para encenderse ante la descarga de cualquier rayo, aumentando de forma considerable el riesgo de incendio forestal en estas condiciones climáticas extremas.
Impacto de las tormentas secas en los incendios forestales
Expertos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) señalan que estos fenómenos generan incendios en muy poco tiempo. La ausencia de lluvia limita la capacidad de los servicios de emergencia para controlar las llamas, y los vientos asociados a las tormentas secas facilitan que el fuego se propague incluso en áreas de difícil acceso. José Luis Camacho, portavoz de Aemet, señaló que la combinación de rayos, viento y vegetación extremadamente seca convierte a cualquier rayo en un posible detonante de grandes incendios.
La ola de calor que azota España este verano, con temperaturas cercanas a los 44 grados en Sevilla y Córdoba, agrava la situación. Las alertas rojas por riesgo extremo se han mantenido durante días, y los bomberos han enfrentado dificultades para controlar incendios en localidades como Tres Cantos, cerca de Madrid, donde la combinación de calor, viento y sequedad ha complicado notablemente las labores de extinción.
Factores meteorológicos y físicos detrás del fenómeno
La meteoróloga Helen Willetts, de la BBC, explica que incluso precipitaciones ligeras resultan insuficientes para mitigar los incendios provocados por rayos en periodos secos. Dmitri Kalashnikov, investigador de la Universidad Estatal de Washington, agrega que los rayos de las tormentas secas pueden generar múltiples igniciones simultáneas, en contraste con los incendios causados por humanos, que suelen limitarse a áreas más accesibles.
El proceso físico de las tormentas eléctricas muestra que el aire caliente asciende rápidamente, condensando su humedad en nubes cumulonimbus, donde la fricción entre partículas genera cargas eléctricas. Cuando la diferencia de potencial es suficiente, se libera el rayo, que puede calentar el aire hasta 30.000 grados centígrados y generar incendios instantáneos al impactar la vegetación seca.
Más allá del fenómeno natural, los expertos advierten que la gestión forestal y la prevención juegan un papel crucial. La ausencia de cortafuegos, la acumulación de maleza seca y la falta de sistemas de alerta temprana aumentan la vulnerabilidad frente a las tormentas secas. Invertir en mantenimiento de bosques, vigilancia satelital y educación comunitaria sobre riesgo de incendios podría reducir significativamente el impacto de este tipo de fenómenos.
