
22 JULIO 2025- INTERNACIONAL- Las impresionantes imágenes del tifón Wipha llegando con una nube negra gigantesca estremecieron a millones en redes sociales. El fenómeno tocó tierra en la ciudad de Taishan, en la provincia china de Cantón, el domingo por la tarde, obligando a evacuar a más de 669 mil personas. Las autoridades chinas activaron de inmediato protocolos de emergencia en varias localidades afectadas, entre ellas Zhuhai, Jiangmen, Maoming y Yangjiang, donde se suspendieron las clases, el transporte y las actividades económicas.
El tifón Wipha, que ya es el sexto de la temporada en China, generó un ambiente caótico en las zonas más afectadas. Las imágenes difundidas muestran cómo una enorme nube negra cubre el cielo antes de desatarse el desastre. Las medidas de seguridad también incluyeron la suspensión de múltiples rutas ferroviarias desde el domingo, según informes oficiales. La rápida respuesta de las autoridades evitó una tragedia mayor, pero los daños materiales aún están siendo evaluados.

ALERTA MÁXIMA EN HONG KONG
En la región semiautónoma de Hong Kong, el impacto del tifón se sintió con más de 200 vuelos cancelados y al menos 30 personas heridas. Las autoridades locales emitieron la alerta de tormenta más alta, y los meteorólogos confirmaron ráfagas de viento superiores a los 167 km/h. Las lluvias torrenciales dejaron calles inundadas y afectaciones graves en la movilidad urbana. El fenómeno continuará su trayectoria hacia el golfo de Beibu y se espera que impacte también la costa de Vietnam.
Un detalle adicional que pone en perspectiva la gravedad de esta situación es el antecedente de otros tifones recientes en la región, como Danas, que a principios de julio dejó al menos dos muertos y cientos de heridos en Taiwán. Este tipo de fenómenos se están volviendo más frecuentes y potentes debido al cambio climático, que intensifica la temperatura del mar y genera condiciones propicias para tormentas tropicales más agresivas.

El Centro Meteorológico Nacional (CMN) de China no descarta que Wipha toque tierra más de una vez, lo que podría complicar aún más las tareas de rescate y reconstrucción. La población afectada ha recibido apoyo de brigadas de rescate, pero la magnitud de la evacuación y las cancelaciones masivas muestran lo frágil que aún es la infraestructura frente a desastres naturales de este tipo. Las autoridades continúan pidiendo a los ciudadanos mantenerse informados y no salir de casa a menos que sea absolutamente necesario.
Este tipo de eventos no solo pone a prueba los sistemas de emergencia de los países, sino que también plantea preguntas urgentes sobre la prevención y adaptación climática. La necesidad de invertir en infraestructura más resistente, mejorar los sistemas de alerta temprana y reforzar la educación ambiental se hace evidente tras cada nuevo tifón que arrasa comunidades enteras. La frecuencia con la que ocurren ya no permite tratarlos como eventos aislados, sino como una tendencia que necesita respuesta global.






