
7 DE NOVIEMBRE DEL 2025 – NACIONAL. Habitantes de la comunidad de Santa Catarina del Monte, en Texcoco, Estado de México, han dado un paso decisivo para proteger sus recursos naturales, organizando un frente contra la tala ilegal de los valiosos bosques de su zona montañosa. La acción surge como respuesta directa al constante avistamiento de camiones que, según denuncian los lugareños, extraen madera de forma ilícita, poniendo en riesgo el entorno que es vital para su subsistencia y la de municipios aledaños.
La tensión alcanzó su punto máximo anteanoche, cuando los pobladores se movilizaron con determinación para interceptar cuatro camiones que descendían cargados de troncos. Argumentando que se trataba de una actividad fuera de la ley, los vecinos mantuvieron un diálogo ríspido con los conductores durante horas. Finalmente, lograron su objetivo: obligaron a los choferes a descargar la madera antes de permitirles abandonar la localidad. Esta acción subraya el compromiso de la comunidad en la lucha para detener la tala clandestina que amenaza su patrimonio.
La Madera Retenida y las Excusas Ambientales
Los vehículos pesados retenidos por los comuneros portaban una manta que indicaba que la madera provenía de una «extracción por saneamiento forestal», un proceso que supuestamente se realiza para retirar árboles afectados por plagas. Sin embargo, los inconformes rechazaron esta justificación, señalando que es una excusa utilizada por las empresas para encubrir la tala indiscriminada de sus bosques. El sentir de la comunidad es claro: están luchando por la defensa activa de sus recursos, realizando incluso faenas de reforestación para recuperar áreas previamente afectadas.

Uno de los pobladores expresó la gravedad del problema, destacando la conexión directa entre la conservación del bosque y el suministro de agua: «La tala ilegal es algo delicado porque de aquí nacen los manantiales que van a la parte baja de Texcoco y municipios aledaños». Este punto resalta la importancia ecológica de la zona, ya que los manantiales no solo surten de líquido a sus comunidades, sino que también son cruciales para la recarga de los mantos acuíferos de la región, un servicio ambiental que beneficia a miles de personas.
El suceso de la retención se desarrolló sin violencia, tal como lo confirmó el director general de seguridad pública y movilidad municipal, Roberto Hernández Romero, quien dialogó con los vecinos. El acuerdo, tras la intervención, fue liberar a los conductores y camiones a cambio de que la madera permaneciera en el sitio. La carga fue descargada en la explanada de la delegación y quedó en resguardo de los habitantes, mientras que los vehículos fueron puestos en libertad. Esta resolución, aunque pacífica, evidencia la presión que ejercen los comuneros ante la percepción de inacción o complicidad de las autoridades.
El frente unido contra la tala en Texcoco se suma a una creciente ola de movimientos ciudadanos en México que buscan frenar la deforestación, un problema que a nivel nacional está superando a la extracción legal de madera y tiene graves consecuencias, como la pérdida de biodiversidad, la erosión del suelo y la intensificación del cambio climático. Datos de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) y la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) indican que la tala ilícita desincentiva la inversión legal y genera pérdidas económicas millonarias al país. La acción de Santa Catarina del Monte es, por lo tanto, un ejemplo de la resistencia social activa que se está volviendo fundamental ante la insuficiente vigilancia gubernamental y la presencia de grupos de crimen organizado que, en ocasiones, se lucran de esta actividad destructiva.








