
En las imágenes compartidas en redes, se ve al acusado gritar repetidamente: «¡Mátenme, mátenme, mátenme!» antes de ser reducido con una pistola eléctrica. Un oficial ordenó: «¡Sujétenlo, carajo!», mientras el sospechoso continuaba resistiéndose. Un taxista que presenció los hechos declaró que no comprendió la magnitud de la situación hasta ver la enorme presencia policial en el andén.
Los testigos relataron escenas de caos y miedo dentro del tren. Olly Foster, pasajero, contó que escuchó gritos desesperados y vio a personas heridas intentando proteger a otros pasajeros, incluso a una niña. “Teníamos una botella de Jack Daniels entre nosotros y eso era todo”, afirmó, describiendo la improvisada defensa durante el ataque.
Evaluación de las autoridades
La Policía de Transporte Británica calificó el incidente como “grave”. Sin embargo, la ministra del Interior, Shabana Mahmood, aseguró que no se trata de un acto terrorista, mientras que el secretario de Defensa, John Healey, lo describió como un ataque aislado. Las autoridades continúan investigando los motivos del agresor y revisando las cámaras de seguridad del tren.
Por su parte, los hospitales reportaron que dos personas permanecen en estado crítico, mientras que cuatro ya fueron dadas de alta, completando un total de 10 víctimas con lesiones de diversa gravedad.
Este incidente pone de relieve la vulnerabilidad de los transportes públicos frente a ataques individuales con armas blancas, especialmente en horarios de alta ocupación. Expertos en seguridad recomiendan reforzar los protocolos de vigilancia y respuesta rápida en trenes y estaciones, además de promover campañas de conciencia ciudadana sobre cómo actuar ante agresores armados. También genera debate sobre la salud mental de los atacantes y la necesidad de mecanismos preventivos para evitar ataques impulsivos o con tendencias suicidas.
			
			









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