
31 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El Kremlin ha emitido una clara advertencia a Estados Unidos: Rusia se reserva el derecho de reanudar las pruebas nucleares si Washington abandona la moratoria sobre estos ensayos. Esta declaración se produce luego de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, instruyera a su Departamento de Guerra a comenzar a probar de inmediato las armas nucleares estadounidenses. El portavoz ruso, Dimitri Peskov, insistió en que Rusia no ha realizado ningún ensayo nuclear y solo ha probado dos armas de nueva generación con propulsión atómica: el misil de crucero Burevestnik y el sumergible no tripulado Poseidón. Peskov fue enfático al señalar que «si alguien abandona la moratoria, Rusia procederá de la misma manera,» recordando las previas declaraciones del presidente Vladimir Putin sobre este tema crítico de seguridad.
La aclaración del Kremlin busca diferenciar las pruebas de sus nuevas armas de propulsión atómica de un ensayo nuclear propiamente dicho (una explosión). El portavoz argumentó que las pruebas de los nuevos sistemas «no pueden interpretarse de ninguna manera como ensayo nuclear». Sin embargo, la advertencia de Putin deja en claro que, si Estados Unidos decide reanudar las explosiones nucleares subterráneas o sobre tierra, Rusia responderá de forma recíproca. El último ensayo nuclear de la Unión Soviética fue en 1990, de Estados Unidos en 1992 y de China en 1996, marcando una moratoria de décadas que ahora está bajo amenaza por la escalada de declaraciones y la tensión nuclear entre ambas potencias.
El Debate Ruso: ¿Presión a Trump o Advertencia a Ucrania?
En el segmento ruso de las redes sociales, el anuncio de Putin sobre las «pruebas exitosas» de los sistemas Burevestnik y Poseidón ha generado un intenso debate. Muchos se preguntan por qué se hacen públicos estos supuestos logros en el desarrollo de armas que, según expertos, aún no están listas para la producción masiva, a pesar de llevar seis años en desarrollo. Este anuncio, percibido como un gesto de fuerza en medio de las tensiones geopolíticas, ha dado lugar a dos hipótesis principales que buscan descifrar la estrategia detrás de esta exhibición de poder nuclear.
Una de las teorías predominantes sugiere que el Kremlin intenta presionar a la Casa Blanca para que desista de suministrar a Ucrania misiles de crucero Tomahawk y otro armamento de largo alcance. La segunda hipótesis plantea que, con este anuncio, Rusia busca ejercer presión sobre el presidente Trump para que acepte prolongar por un año más las restricciones del Tratado START-III, el último acuerdo de desarme nuclear vigente, cuya fecha de vencimiento se acerca. Ambas interpretaciones señalan que el anuncio ruso es un movimiento calculado en el complejo tablero de la política internacional, usando el músculo nuclear como herramienta de negociación y disuasión.

Dudas de Expertos sobre la Capacidad Real de las Nuevas Armas Nucleares
La presentación por parte de Putin del Burevestnik y el Poseidón como «armas listas para usarse y que no tienen parangón en el mundo» ha sido recibida con escepticismo por algunos analistas. Expertos como Yuri Fiodorov cuestionan la utilidad real del misil Burevestnik, que puede volar más de 14,000 kilómetros con propulsión nuclear, cuando los misiles intercontinentales rusos existentes ya tienen la capacidad de alcanzar cualquier punto en Estados Unidos. De igual forma, se duda de la efectividad del Poseidón, un sumergible de propulsión nuclear, ya que el submarino que debe portarlo, el Belgorod, podría ser destruido antes de tener oportunidad de lanzarlo en un escenario de conflicto bélico real.
Estos analistas también señalan las inconsistencias en el desarrollo de otros sistemas, como el misil Sarmat. Fiodorov menciona que, a pesar de que el presidente Putin ha asegurado que el Sarmat es menos potente que el Poseidón y que pronto estará listo, solo una de las cuatro pruebas realizadas hasta ahora ha sido exitosa; la última, en septiembre de 2024, resultó en la explosión del cohete en la rampa de lanzamiento. Este historial pone en tela de juicio la narrativa oficial sobre el estado de preparación y superioridad de las nuevas capacidades nucleares rusas.
La inconsistencia sobre el despliegue del misil Sarmat es particularmente notable, tal como resumió la cuenta Mozhem obiasnyt en Telegram. A lo largo de tres años, desde diciembre de 2022 hasta octubre de 2025, se han emitido declaraciones contradictorias por parte de altos funcionarios, incluyendo al presidente Putin y al exministro de Defensa, sobre la puesta en posición de combate, fabricación en serie y la entrega del Sarmat al ejército. El más reciente anuncio de Putin en octubre de 2025, afirmando que «aún no lo hemos desplegado, pero pronto estará a disposición del ejército,» solo subraya la confusión y la probable exageración en torno al estado operativo de este importante componente del arsenal nuclear ruso.
(El Estatus del Tratado START-III):
 
			 
			









