
El escenario político en la Ciudad de México se calienta con una nueva y contundente acusación. Alessandra Rojo de la Vega, la alcaldesa panista de Cuauhtémoc, ha señalado directamente a Ricardo Monreal, coordinador de diputados de Morena y exalcalde de la misma demarcación, de intentar “sabotear” su gobierno. La alcaldesa afirmó que Monreal está utilizando a sus “golpeadores” con el objetivo de dañar su administración, una estrategia que, según ella, no tendrá éxito. Este nuevo capítulo de la rivalidad política promete ser tan intenso como los anteriores y coloca a la alcaldía de Cuauhtémoc en el centro de un tenso clima de tensión entre dos figuras de peso.
A través de un mensaje público, la alcaldesa de la Cuauhtémoc fue muy clara sobre las motivaciones detrás de la presunta campaña en su contra. De la Vega argumentó que a Ricardo Monreal «le duele» el hecho de que su gobierno haya puesto un alto a la corrupción y la extorsión que, según sus acusaciones, existían en la alcaldía. La panista concluyó su mensaje con una firme advertencia, asegurando que la Cuauhtémoc «jamás volverá a estar arrodillada» ante un «sistema corrupto», intensificando así la tensión en la alcaldía en la que se encuentra inmersa.
Los uniformes, una excusa para la tensión
La tensión política escaló con un incidente específico que, según Rojo de la Vega, es la prueba de la supuesta campaña de sabotaje. La alcaldesa detalló en un video que un grupo de aproximadamente 100 trabajadores, de los más de 7,000 que laboran en la demarcación, intentó tomar la alcaldía. Este pequeño grupo, al que calificó como «golpeadores de Ricardo Monreal», protestaba por la falta de uniformes, un tema que, de acuerdo con la alcaldesa, depende de la administración de la Ciudad de México. Este tipo de incidentes, que parecen aislados, forman parte de un conflicto más amplio y complejo.

Alessandra Rojo de la Vega no solo acusó a Monreal, sino que también señaló al gobierno central de la CDMX. La alcaldesa aclaró que, aunque se aprobó un presupuesto para 2025 para la compra de uniformes, el gobierno de la ciudad no atendió una orden incompleta que se arrastra desde 2024. Su acusación se centra en la coincidencia de que, en la misma fecha en que se convocó una reunión para atender este problema, los manifestantes fueran enviados a protestar a su alcaldía, lo que refuerza la narrativa de una tensión política orquestada.
La Cuauhtémoc en el centro de la disputa
Las acusaciones de la alcaldesa no son un hecho aislado, sino la continuación de una larga rivalidad política que ha marcado la contienda por la Cuauhtémoc. Ricardo Monreal, quien ocupó la alcaldía entre 2015 y 2017, ha sido un blanco constante de críticas por parte de Rojo de la Vega, quien lo ha señalado por presuntos actos de corrupción. Esta agudización de la tensión se dio durante las elecciones de 2024, en las que la alcaldesa compitió directamente contra Catalina Monreal, hija del diputado morenista. A pesar de una impugnación electoral, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) confirmó el triunfo de Rojo de la Vega.
Esta nueva confrontación pública demuestra que la batalla por el control de la Cuauhtémoc está lejos de terminar. La constante tensión entre la alcaldesa y el diputado de Morena, junto con sus respectivos grupos políticos, podría generar un ambiente de inestabilidad que afectaría la gobernabilidad de la demarcación. Mientras las acusaciones vuelan de un lado a otro, los ciudadanos observan cómo la política local se convierte en un campo de batalla en el que las confrontaciones personales y partidistas a menudo parecen tener más peso que la resolución de los problemas de la ciudadanía.
