
Para quien vive en el Caribe o en las costas del Atlántico de Estados Unidos y sigue de cerca el ritmo de la temporada de huracanes, este ha sido un periodo de sequía poco habitual.
El primer día de la temporada de huracanes en el Atlántico, el 1 de junio, vino y se fue sin una tormenta con nombre. Y luego la primera semana. Y la segunda.
Ahora estamos en la tercera semana, y el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dice que no espera ninguna actividad en los próximos días.
A la vez, es y no es algo inusual.
Lenta temporada de huracanes en 2025
El “lento” comienzo no es destacable si se considera lo que los meteorólogos actualmente llaman “normal”: un promedio de 30 años, de 1991 a 2020. En ese periodo, en promedio, la primera tormenta no se formó hasta el 20 de junio.
Pero en muchos de los años más recientes —en 18 ocasiones desde 2005— las tormentas se desarrollaron antes de este momento del año. En el Caribe o en las costas de Estados Unidos, este ha sido un periodo de sequía poco habitual.
Otras estadísticas notables de los últimos 20 años:
- En 10 años, la primera tormenta con nombre se formó antes del 1 de junio.
- Solo en dos años —ahora tres, incluido este año— la primera tormenta con nombre llegó después del 20 de junio.
- La primera tormenta más tardía se formó el 11 de agosto de 2009.
¿Cuándo recibe nombre una tormenta
Cuando se desarrolla un ciclón tropical, pero sus vientos sostenidos son de 62 kilómetros por hora o menos, se llama depresión tropical.
Cuando alcanzan los 63 kilómetros por hora, se convierte en tormenta tropical y recibe un nombre.
Conserva ese nombre si se convierte en huracán (vientos sostenidos de 119 kilómetros por hora o más) o si se disipa.
Algunas tormentas se forman y reciben un nombre, pero nunca se acercan a tierra antes de debilitarse. Otras se vuelven tan destructivas al tocar tierra que sus nombres se retiran posteriormente.
¿Importa cuándo se forma la primera tormenta
No necesariamente. La falta de actividad en mayo y junio no significa que no vaya a ser una temporada intensa.
Muchos expertos no esperan tormentas significativas hasta mediados de agosto. Las tormentas fuertes tempranas, como el huracán Beryl el año pasado, son raras.
La mayoría de las tormentas que causan daños importantes en Estados Unidos se producen durante agosto, septiembre y octubre.
¿Se equivocaron las previsiones de un año superior al promedio?
No. Bueno, quizá sí.
Esta primavera, la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica pronosticó una temporada superior al promedio. Si no se forma nada de aquí a agosto, es probable que los expertos revisen —y reduzcan— el número de tormentas que esperan ver este año. Si junio se mantiene tranquilo, pero julio no, los meteorólogos probablemente seguirán a la espera de un año arriba de la media, a pesar del comienzo lento.
El Pacífico, mientras tanto, ha estado activo
Por su parte, el Pacífico Oriental, donde la temporada de huracanes empezó el 15 de mayo, ha tenido un comienzo ajetreado.
Las tormentas que se forman frente a la costa occidental de Norteamérica suelen empezar antes que sus homólogas del Atlántico, y ya ha habido cinco este año: Alvin, Barbara, Cosme, Dalila y Erick.
En ambos océanos, las temporadas duran hasta el 30 de noviembre.
Es curioso que este año la temporada de huracanes esté tan tranquila. Por un lado, es un alivio para la gente que vive en la costa, pero también da un poco de miedo pensar en qué puede pasar después. A veces, la calma puede ser engañosa y lo que parece bueno ahora podría traer problemas más adelante.