La reciente aprobación en el Congreso del Estado de Quintana Roo para permitir la operación de hasta 400 carritos de golf en Tulum ha generado controversia entre los taxistas locales, quienes se oponen a esta medida, argumentando que pone en riesgo sus servicios. La solicitud del Instituto de Movilidad de Quintana Roo (Imoveqroo) fue aprobada por mayoría durante la sesión del 28 de enero, con la concesión de los vehículos a cuatro empresas privadas.
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Las empresas beneficiadas fueron CMX Logistic Center S.A. de C.V., Inmomercaqroo S.A. de C.V., Metromobility Group S.A. de C.V. y Roasteryc S.A. de C.V., que operarán entre 30 y 168 carritos de golf cada una. Estos vehículos podrán circular no solo en la zona costera, como se había planteado inicialmente, sino también en diversas áreas del municipio, lo que ha causado malestar en los taxistas del gremio, como el sindicato Tiburones del Caribe. Este sindicato representa a los taxistas que operan principalmente en el centro de Tulum.
El gremio taxista ha señalado que las nuevas unidades no cumplen con las mismas regulaciones que los taxis tradicionales, como trámites, costos operativos y tarifas, lo que podría afectar su competitividad. Sin embargo, algunos empresarios y ciudadanos consideran que los carritos de golf son una buena opción para mejorar la movilidad en el destino turístico, aunque aún queda por ver su eficacia.
Conforme a la Ley de Movilidad de Quintana Roo y su Reglamento, los carritos de golf deben cumplir con ciertas especificaciones técnicas. Entre ellas, debe ser un vehículo abierto, capaz de transportar entre dos y cuatro personas, con un máximo de seis pasajeros, incluido el conductor. Además, estos vehículos deben ser amigables con el medio ambiente, funcionando con gasolina, energía híbrida o eléctrica, y no deben exceder los cinco años de antigüedad desde su fabricación.
Este programa forma parte de los esfuerzos por mejorar la movilidad en Tulum, y las autoridades han destacado el éxito de otras iniciativas, como el programa Blindaje Tulum, que ayudó a controlar el flujo de personas durante los festivales de música electrónica.