
WASHINGTON (EFE).— El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo ayer que su gobierno no anunció el viernes pasado una excepción sobre impuestos aduaneros para dispositivos y componentes electrónicos, como chips, porque pertenecen a otra “categoría arancelaria” que está siendo analizada, dando a entender que serán gravados en el futuro.
El viernes la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, en inglés) informó que teléfonos, ordenadores, pantallas y diversos componentes, entre ellos semiconductores, quedan exentos de los llamados “aranceles recíprocos” de Trump, que ahora mismo son del 10% para prácticamente todos los países del mundo y del 145% para China, castigada por el republicano por sus represalias comerciales.
“El viernes no se anunció ninguna ‘excepción’ arancelaria”, escribió Trump en su red social Truth Social en una publicación en la que asegura que “estos productos están sujetos a los aranceles vigentes del 20% para el fentanilo (que impuso contra China a principio de su mandato por considerar que no hace lo suficiente para combatir el tráfico de esta droga), y simplemente se están trasladando a otra categoría arancelaria”.
“Los medios de noticias falsas lo saben, pero se niegan a informarlo. Estamos analizando los semiconductores y toda la cadena de suministro de productos electrónicos en las próximas investigaciones arancelarias de seguridad nacional”, prosigue el texto, dando a entender que, tal y como ya ha dicho, Estados Unidos estudia un gravamen concreto sobre los semiconductores.
El mandatario republicano añadió que “nadie se va a ‘librar’ a cuenta de las injustas balanzas comerciales y las barreras arancelarias no monetarias que otros países han impuesto contra nosotros, especialmente China, que es el que, por mucho, nos trata peor”.
Versión similar
En al misma línea que Trump y por separado, el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, afirmó ayer mismo que la exención arancelaria para ‘smartphones’, diversos componentes de ordenador y semiconductores —anunciada en las últimas horas— es temporal, pues contarán con un gravamen específico “pronto”.
“Todos esos productos se incluirán en la categoría de semiconductores y tendrán un arancel específico (…) Estarán incluidos en los aranceles sobre semiconductores, que probablemente entrarán en vigor en uno o dos meses. Así que estos llegarán pronto”, dijo Lutnick en una entrevista con ABC News.
Esta posición contrasta con el aviso emitido el viernes por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos en el que se excluía a los ‘smartphones’, componentes de ordenadores y chips semicondutores, entre un listado de otros dispositivos electrónicos, de los conocidos como “aranceles recíprocos”.
Esta exención, de acuerdo a CBP, se aplica a aquellos productos importados a EE.UU. y que hayan ingresado al país norteamericano o salieran de los almacenes en sus lugares de origen a partir del 5 de abril.
“Necesitamos semiconductores, chips y pantallas planas; necesitamos que estos productos se fabriquen en Estados Unidos. No podemos depender del Sudeste Asiático (…) Por lo tanto, esto no es una exención permanente (…) Es una cuestión de seguridad nacional que se fabriquen en Estados Unidos”, amplió Lutnick ayer en los medios de comunicación.
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Estados Unidos redefine sus aranceles a productos tecnológicos clave.
Trump aclara
El presidente de EE.UU. negó que se haya anunciado una excepción arancelaria para productos electrónicos, como chips y pantallas.
Gravamen futuro
Según Trump, dispositivos como semiconductores seguirán siendo gravados y podrían incluirse en nuevas investigaciones sobre seguridad nacional, apuntando a futuros aranceles específicos.
Crítica mediática
El mandatario estadounidense acusó a los medios de “noticias falsas” por no informar correctamente sobre el tratamiento arancelario de productos tecnológicos.
Es bueno que EE.UU. esté revisando las tarifas para productos electrónicos, porque eso podría ayudar a que los precios no se disparen tanto. Pero también hay que tener cuidado, porque si no se manejan bien, podrían terminar afectando a los consumidores más que a las empresas. Al final, lo que queremos es poder comprar tecnología sin que nos cueste un ojo de la cara.