
El panorama económico de Norteamérica se prepara para un momento crucial. El secretario de Economía, Marcelo Ebrard, ha confirmado que la revisión del T-MEC dará inicio en enero de 2026. Este anuncio, hecho en Nueva York ante inversionistas internacionales, marca el inicio de un proceso de modernización que busca fortalecer la competitividad de los tres países. Ebrard destacó que, en los próximos meses, se avanzará en numerosos temas para llegar a la mesa de negociación listos para un nuevo capítulo en el acuerdo.
El funcionario federal subrayó la importancia de la relación comercial entre México y Estados Unidos, destacando que México es actualmente el principal cliente de productos estadounidenses, superando a gigantes como China, Alemania y Japón en conjunto. Esta relación estratégica hace que la modernización del T-MEC no sea solo un ajuste legal, sino una necesidad para que ambos países mantengan su liderazgo y competitividad en el mercado global. La confianza en esta alianza será clave para los próximos pasos.

La visión política detrás de la negociación
Un factor determinante en la futura negociación del acuerdo T-MEC será la relación entre los líderes de los países. En este contexto, Ebrard resaltó la buena comunicación entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente estadounidense Donald Trump. Según el secretario, la habilidad de Sheinbaum para mantener un diálogo abierto y su «sentido del humor» son herramientas valiosas que el país podrá utilizar para persuadir a su contraparte y evitar decisiones que pudieran afectar a México. Esta dinámica personal podría ser un recurso importante para el país en un momento de renegociación.
Estrategias para la atracción de inversiones
Además de la negociación, el gobierno mexicano se enfoca en estrategias internas para aprovechar al máximo las oportunidades que brindará el tratado de libre comercio T-MEC. Ebrard mencionó el «Plan México» como un pilar fundamental para la relocalización de inversiones (nearshoring) y la reducción de la dependencia de cadenas de suministro de Asia. Este plan, que incluye la creación de 15 centros de desarrollo en distintas regiones del país, busca fomentar la inversión privada en sectores estratégicos como la energía, la vivienda y la infraestructura, preparando a México para una nueva etapa de crecimiento.
Por otro lado, el secretario de Economía abordó las preocupaciones sobre la certeza jurídica en el país, un tema recurrente para los inversionistas. Ebrard aseguró que las recientes reformas al Poder Judicial, respaldadas por la población, tienen como objetivo reducir la corrupción y, de esta manera, generar una mayor confianza para la inversión. Según el funcionario, esta medida es esencial para que México esté en una posición sólida y atractiva para los capitales que buscan un nuevo destino. La estabilidad legal es vista como un requisito indispensable para el éxito de la revisión del T-MEC 2026.
El secretario cerró su intervención con un mensaje optimista, expresando su confianza en que México está listo para los nuevos desafíos comerciales. Ebrard predijo que a partir del próximo año se verá un nuevo campo de inversión y relocalización hacia México, lo que abrirá una etapa de oportunidades sin precedentes para el país. Su visión es que, con la modernización del T-MEC, la nación estará en una posición de ventaja en comparación con muchas otras economías globales, marcando un futuro prometedor.
