
Una nueva revelación ha reavivado el antiguo debate sobre la autenticidad del sudario de Turín. El hallazgo, que proviene de un análisis de los escritos del genio medieval Nicolás Oresme, demuestra que la polémica alrededor de esta reliquia no es algo nuevo. Según el diario La Stampa, los textos de Oresme son el testimonio más antiguo que se ha encontrado hasta la fecha, y revelan que la autenticidad del sudario ya era cuestionada desde el siglo XIV.
El descubrimiento fue realizado por Nicolas Sarzeaud, un investigador de la Universidad Católica de Lovaina, quien se topó con un pasaje crítico del genio medieval que data de aproximadamente el año 1370. El texto en cuestión, parte del ‘Problemata de Oresme’, señala cómo muchos clérigos se aprovechaban de la fe de las personas para atraer ofrendas a sus iglesias, poniendo como ejemplo una iglesia en Champagne que afirmaba tener el «sudario santo del Señor Jesucristo».
La crítica medieval al sudario de Turín
El pasaje de Oresme hace una clara referencia a la iglesia de Lirey en la región francesa de Champagne, que fue la primera en albergar el sudario de Cristo hasta 1418. La crítica del erudito medieval sobre el engaño de los clérigos para obtener ofrendas es un punto clave. Este testimonio no solo adelanta la polémica sobre la autenticidad del sudario, sino que también sugiere que la desconfianza no provenía únicamente de la ciencia, sino de la misma razón y la ética.
Un análisis de la reliquia que coincide con la ciencia moderna
La declaración del genio medieval Nicolás Oresme coincide de manera asombrosa con los resultados del examen de carbono-14 realizado en 1988. En ese año, tres laboratorios de prestigio (Oxford, Tucson y Zúrich) analizaron el lino del sudario de Turín y determinaron que su antigüedad se situaba entre 1260 y 1390. Esta coincidencia refuerza la idea de que la reliquia es una creación medieval, fabricada para fines religiosos y económicos.
Nicolás Oresme fue un pensador católico que buscó explicaciones racionales a fenómenos que, en su época, se atribuían a Dios o a los demonios. Su enfoque se centraba en la lógica y el pensamiento crítico, lo que le permitió cuestionar la autenticidad de objetos de fe como el sudario de Turín. Su visión se adelanta a su tiempo y ofrece una perspectiva única sobre el pensamiento medieval.
La polémica sobre el sudario de Turín sigue más viva que nunca. La revelación de los escritos de Oresme no solo aporta un nuevo elemento al debate, sino que también subraya la importancia de la historia y el pensamiento crítico para entender la complejidad de los fenómenos de fe. La reliquia es un objeto de devoción para muchos y una pieza de interés histórico para otros, y este hallazgo sin duda seguirá alimentando las discusiones.