
El legendario músico británico Sting —cuyo nombre real es Gordon Matthew Sumner— ha sido demandado por sus excompañeros de banda, el guitarrista Andy Summers y el baterista Stewart Copeland, quienes acusan al artista y a su compañía, Magnetic Publishing Limited, de retener millones en regalías generadas por sus canciones juntos como The Police, incluyendo el emblemático hit “Every Breath You Take” de 1983. La demanda ha sido presentada ante el Tribunal Superior de Londres en la división de contratos y acuerdos comerciales generales.
Summers y Copeland alegan que nunca recibieron créditos de composición ni beneficios económicos, a pesar de que el tema sigue generando ingresos cuantiosos. Según medios como People, la canción genera aproximadamente £550 000 por año solo para Sting., mientras que otras fuentes mencionan cifras de hasta 600 000 euros anuales. Los intentos de resolver el conflicto fuera de los tribunales fueron infructuosos, lo que derivó en la acción legal formal.
La banda The Police, activa entre 1977 y mediados de los 80, alcanzó fama internacional gracias a su estilo único dentro del rock británico, vendiendo más de 75 millones de discos. Canciones como «Roxanne», «Message in a Bottle» y, por supuesto, «Every Breath You Take», consolidaron su legado.
Con la ruptura definitiva del grupo en los años ochenta y su breve reencuentro en la gira global de 2007–2008, estos conflictos han permanecido latentes durante décadas. Mientras Sting consolidaba su exitosa carrera solista, sus compañeros permanecieron en un limbo legal, sin reconocimiento económico ni créditos formales por su trabajo creativo conjunto.
Se especula que, aunque «Every Breath You Take» es el foco mediático principal del litigio, los representantes de Sting aseguran que la demanda “no está relacionada” directamente con ese tema específico, aunque no ha sido aclarado el alcance preciso del caso.
El conflicto ha reavivado antiguas tensiones entre los miembros de la banda, quienes, aunque compartieron escenarios memorables y fama internacional, siempre tuvieron una relación profesional tensa. Durante su apogeo en los 80, eran conocidos tanto por su talento como por los roces creativos, en especial entre Sting y Copeland. Esta demanda parece ser el desenlace legal de heridas que nunca terminaron de cerrar.