
12 DE JUNIO-Si hay un nombre que genera polémica dentro del gobierno de #DonaldTrump, es el de #StephenMiller, un asesor de línea dura que ha moldeado algunas de las decisiones más controversiales sobre #migración en #EstadosUnidos. Desde muy joven mostró una inclinación hacia posturas conservadoras extremas, lo que lo llevó a convertirse en uno de los cerebros detrás de las políticas antimigrantes del expresidente. Hoy, con apenas 39 años, Miller ha logrado consolidarse como el arquitecto de un enfoque radical para frenar la inmigración.
Durante el primer mandato de Trump, Miller se ganó su lugar diseñando medidas como la separación de familias en la frontera o el veto migratorio a países de mayoría musulmana. En su regreso a la Casa Blanca, Trump le otorgó más poder: ahora es subdirector de políticas y asesor en seguridad nacional. Desde ahí, ha impulsado una ofensiva para detener a 3 mil indocumentados al día, reinstaurar el Título 42 y hasta cancelar la ciudadanía por nacimiento.

Una de las redadas más sonadas bajo su mando ocurrió en el estacionamiento de una ferretería en Los Ángeles, desatando protestas que obligaron a Trump a desplegar a la Guardia Nacional. Miller no oculta sus intenciones: ha dicho públicamente que ve la migración como una «ocupación» del país. Sus declaraciones, cargadas de nacionalismo, han provocado tensiones dentro y fuera del gobierno, pero también han reforzado su posición como figura clave en la agenda migratoria.
El asesor ha sido muy hábil para operar desde las sombras. Según reportes, prefiere trabajar con abogados externos para blindar sus políticas y evitar obstáculos legales. También ha creado la organización America First Legal, que lanza demandas contra entidades que, según él, promueven la migración ilegal. Esta táctica, conocida como «estrategia de saturación», busca bombardear a los medios y opositores con medidas constantes, impidiéndoles reaccionar eficazmente.

La lealtad de Miller a Trump es absoluta. Se mantuvo firme durante todos los cambios del primer gabinete, incluso cuando su antiguo mentor, Jeff Sessions, cayó en desgracia. Miller nunca ha contradicho al expresidente, ni siquiera en privado, y ha respaldado sin dudar la narrativa del fraude electoral de 2020. Esta fidelidad lo ha convertido en uno de los pocos que ha sobrevivido a todas las tormentas del trumpismo.
No todos lo ven como un visionario. Organizaciones como ACLU y el Southern Poverty Law Center lo acusan de diseñar políticas crueles y discriminatorias. Para los críticos, su enfoque ha puesto en riesgo los derechos humanos y podría causar crisis humanitarias en la frontera. A pesar de esto, sus medidas siguen aplicándose y millones de migrantes ya sienten en carne propia el peso de su ideología. El futuro de la migración en EE.UU., por ahora, parece escrito con su firma.

Parece que la noticia tiene buenos puntos, pero a veces se siente un poco exagerada. Sería mejor si dieran más detalles y no solo se quedaran en lo superficial. Así, la gente podría entender mejor la situación.