
04 de Noviembre del 2025.- La comisión de Asuntos Constitucionales del Senado de la Nación avanzó esta tarde con un dictamen clave para la reforma de la ley de DNU. El objetivo de la sesión era ratificar la versión original de la ley opositora que busca acotar el margen y los tiempos de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU). Este proyecto ya había sido aprobado por la Cámara alta en septiembre, pero luego fue modificado por los Diputados. Mientras los radicales y los peronistas disidentes empujaron para insistir con el texto original, el kirchnerismo sorprendió a todos al firmar el dictamen en disidencia, sembrando serias dudas sobre el futuro de la iniciativa.
El mecanismo legislativo es complejo. Cuando el Senado aprueba una norma y la envía a Diputados, esta última puede sancionarla o, como ocurrió en este caso, realizarle modificaciones. Al regresar a la cámara de origen, los senadores pueden aceptar esos cambios o revalidar su versión inicial. Esto último es lo que buscaron hoy los sectores del peronismo disidente, liderados por la titular de la comisión, Alejandra Vigo, y el jefe de bloque de la UCR, Eduardo Vischi. Ambos sectores se mostraron enojados con el uso de los DNUs por parte del Gobierno libertario.
Lo que nadie previó fue la jugada de la senadora riojana Florencia López, del Frente de Todos. La legisladora deslizó un acompañamiento en disidencia, argumentando que preferían aceptar los cambios de Diputados. López advirtió que insistir sobre el mismo texto sin escuchar a la Cámara baja podría llevar a que la ley dure poco. Con esto, se refería a un inevitable veto del Poder Ejecutivo y a la dificultad de insistir con la nueva conformación del Congreso, lo que significaría un adiós anticipado a la reforma de la ley de DNU.
Una jugada rarísima y sospechas de negociación
El argumento de la senadora kirchnerista fue recibido con incredulidad por Vigo, Vischi y otros legisladores presentes, que no dudaron en calificar la jugada como rarísima. En los pasillos del Senado, muchos percibieron esta acción como una probable y pequeña ventana de negociación entre el kirchnerismo y la Casa Rosada. Lo irónico de la situación es que los bloques dialoguistas (UCR y peronismo disidente), cuyos gobernadores vienen de reunirse con el presidente, quedaron posicionados como los más opositores al manejo de los decretos presidenciales.
Para entender la disputa, hay que ver el proyecto original. En septiembre, una oposición envalentonada reunió 56 votos (más de dos tercios) para imponer duras restricciones a los DNUs. El texto establecía un plazo máximo de 90 días corridos para que los decretos sean aprobados con mayoría absoluta por ambas Cámaras. Además, incorporaba que, ante la votación negativa de un solo Cuerpo (Senado o Diputados), el DNU perdería validez. Actualmente, si las cámaras no lo rechazan, el decreto sigue vigente indefinidamente.
El proyecto original también añadía que cada decreto debería referirse a un área en particular, buscando evitar la ensalada de temas en un solo DNU. En resumen, se trata de una restricción, aunque tardía, a la permisiva ley que la propia Cristina Kirchner impulsó como senadora en 2006 y que fue utilizada por todas las administraciones siguientes. Según la oposición, el presidente Javier Milei abusó de esta metodología, lo que generó esta demanda de revisión. La presencia de Mariano Recalde junto a López confirmó el giro del bloque.

El cambio clave de Diputados y la matemática del recinto
¿Qué pasó en Diputados? El artículo clave que fijaba el plazo de 90 días no alcanzó la mayoría absoluta necesaria en la Cámara baja, por lo que fue modificado. Ahora, el Senado debe elegir entre aceptar esa versión más débil o insistir con su texto original. Lo más importante es que, para ratificar su versión inicial, el Senado necesita la misma mayoría especial de dos tercios que obtuvo en septiembre. Sin el apoyo del Frente de Todos, que hoy dio señales claras de preferir la versión modificada, ese número es imposible de alcanzar.









