En 1922 las y los capitalinos fueron testigos de un hecho sin precedentes. Un pequeño hombre llamado Babe Withe escaló, sin ninguna protección, los imponentes muros de la Catedral Metropolitana de la CDMX. Con la boca abierta todos lo vieron hacer malabares en las alturas. Lo conocían como “el Hombre Mosca”.
El artista había llegado un mes antes, procedente de Nueva York. Varios periodistas nacionales siguieron su viaje y le dedicaron una multitud de notas a propósito de sus hazañas, treparse a las paredes de las edificaciones más icónicas del mundo sin ayuda, con las manos y pies y a veces con los ojos cerrados.
Por eso, el día que decidió subir al templo más importante de la ciudad, había una gran expectativa por verlo en acción, y cientos de personas se reunieron, con todo y prismáticos, para verlo desafiar a la gravedad como pocos se han atrevido.
Además de treparse a muros, el hombre mosca hacía asombrosas proezas en el aire, como caminar sobre una cuerda colocada entre dos rascacielos.
El día del evento
El 5 de abril arribó al Zócalo en la mañana. Miles de personas de los años veinte estaban expectantes.
El “Hombre Mosca” se apareció con una vestimenta blanca plagada de letras. Lo primero que hizo fue tentar con las manos los muros de la iglesia para examinar el reto que ofrecían las piedras del recinto.
Tras hacer la inspección, Babe comenzó su asenso poco a poco y los asistentes se extasiaban cada vez más. Súbitamente se detuvo en la parte saliente de la edificación y para sorpresa de todos, se cubrió los ojos con una venda, luego puso una cuerda entre dos pilares y la caminó como quien deambula en una calle.
La multitud se emocionó. Él se emocionó más y continuó. Subió hasta ese reloj viejo que anuncia las horas ruidosamente y luego se colgó a la asta bandera donde hizo acrobacias casi en el aire como si tuviera alas o simplemente pudiera flotar. Algunas veces hacía como que se iba caer y los que le tenían miedo a las alturas simplemente cerraban los ojos.
Una vez que alcanzó la cima de la Catedral, la plancha del Zócalo se volvió en una fiesta total. Desde el suelo las personas gritaban, aplaudían sin saber que lo mejor estaba por ocurrir, alguien le pasó una silla a White y el estadounidense comenzó a hacer magia peligrosa en el aire; a sentarse como si fuera a comer, a pararse sobre el asiento o al borde del respaldo.
Las crónicas periodísticas que mitificaron al hombre mosca
Además de los miles de asistentes, ese día decenas de periodistas cubrieron el evento y es gracias a sus testimonios que un siglo después podemos darnos una idea completa de la cronología de ese abril del 1922.
Sin duda el documento más importante fue capturado por el fotoperiodista Manuel Ramos, que logró tomar con su cámara una imagen que pasaría a la historia como una de las más importantes de la ciudad. En la postal vemos al hombre mosca escalando la Catedral, a su lado se pueden apreciar clásicas estatuas del recinto.
Por su parte, en la prensa escrita algunas crónicas hablan del momento en el que Babe Withe tomó por asalto las alturas de la Catedral como el Hombre Mosca. Al respecto, un periodista escribió:
“Miles de curiosos que, pálidos y desencajados, esperaban que aquello terminara en tragedia”.
Asimismo, un reportero del Universal comentó:
“Más que el hombre mosca, parece el hombre lagartija, ya que para él es más fácil caminar un pared que para muchos pisar el suelo”.
Tin tan ¿El verdadero hombre mosca
A propósito de la hazaña, casi treinta años después, en 1955, el famosísimo Tin Tan protagonizó una película llamada El Revoltoso en la que se le hacía un homenaje a Babe Withe, el famoso Hombre Mosca de la Catedral. Por acá se las dejamos.
En la cinta, un mendigo que dedica sus días a pedir limosna en las calles del Centro Histórico tiene un encuentro fugaz con el hombre mosca, y gracias a una serie de eventos fortuitos termina tomando su lugar. Por 500 pesos acepta escalar la Catedral mientras las y los chilangos enloquecen con su hazaña.
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