Noche de sábado y de conciertos en la CDMX. Al oriente, en el Estadio GNP Seguros, Blink-182 intenta redimirse con los fans mexicanos… Y al otro lado de la capital, toca ver a Slipknot en el Parque Bicentenario.
Pero este show tiene un toque especial porque tiene este asunto de ‘primera vez’. Sí, ya los hemos visto en festivales, pero esta es la primera vez que vienen a la Ciudad de México con show en solitario.
Además, no es cualquier visita… La banda celebra los 25 años de su disco debut, ese que los presentó al mundo como unos enmascarados fuera de lo común en medio del boom del nu-metal, sin ser ellos necesariamente parte de ese género.
Esa sensación festiva se sentía incluso desde el transborde de Metro Tacubaya. Los grupos de amigos metaleros y familias se movían directo a Refinería, y claro que varios más le pusieron color con los disfraces rojos y las máscaras que caracterizaron esa etapa debut de Slipknot.
Niños, adolescentes, adultos… Gente de diferentes edades con esos atuendos clásicos dentro del canon de la banda de Iowa. Es la prueba de que son un grupo multigeneracional, de esos que han trascendido más allá de la generación –valga la redundancia– que creció con ellos desde el primer disco.
Baby Metal, una locura
Y justo, mientras esperamos, el tema generacional se siente en otros detalles como la playlist que ponen en el sistema de audio del escenario. Un compilado genial de bandas como Korn, Limp Bizkit, System Of A Down, Linkin Park, Papa Roach y otros iconos del nu metal/metal alternativo.
Seguro que varios de los fans que crecieron con esas bandas ya son papás. Y por supuesto, el concierto de Slipknot se presta para que ellos vengan con sus hijos, muchos de lo que seguro son fans de Baby Metal, este interesante proyecto japonés encabezado por tres chicas que son la alternativa heavy a las y los idols más coloridos del k-pop o el j-pop.
Sorprendente lo de Baby Metal. Las morritas cantan y arman coreografías imposibles mientras una banda en vivo (tremendos y virtuosos músicos por cierto) las acompañan. Más aún llama la atención que el público de antaño las aplauden. Y entre murmullos, se escucha cómo dejan un grato sabor de boca.
Slipknot y los 25 años de su disco debut en el Parque Bicentenario
Eran poquito menos de las 10 de la noche y el clásico ‘ole, ole’ apareció mientras la banda se prepara a salir. Buen ambiente y ahora sí, tocaba ver a Slipknot en el Parque Bicentenario en su primer show en solitario en CDMX.
En la pantalla se veía a los guitarristas y a la gente ya le anda por iniciar el headbanging mientras en el escenario aparecía Corey Taylor, quien vestía esa máscara clásica con rastas que conocimos hace 25 años.
Y claro, es muy nostálgico ver a la banda con los trajes rojos, un detalle que también nos hace recordar a esos exmiembros como Paul Gray y Joey Jordison. Si bien ya no están aquí, su enorme legado vive en el primer disco de Slipknot, que como dijimos, hoy toca celebrar.
Todo comenzó con “(Sic)” y aunque el audio no es el mejor, la energía es contagiosa. Es imposible resistirse a intenta replicar los guturales de Corey Taylor en esta primera rola… Imagínense a cuántos ha inspirado Corey para convertirse en cantantes (o gritantes).
Lo mismo sucede cuando suena “Eyeless”. Personalmente, la capacidad de Corey para ir de un canto melódico a un gutural es para que te vuele la cabeza. Ojalá el sistema de audio del escenario fuera mejor porque, si con esta calidad medio cuestionable suena de poca madre, imagínense si sonara más chido…
“¿Están listos? Ahora, canten conmigo”, decía Corey Taylor en español para el siguiente trancazo. Y no era cualquier canción… Llegó “Wait And Bleed” y pues ya se imaginarán la ovación total. Corey levantó entonces el puño y todos coreaban su nombre. “Muchas gracias Mexico, buenas noches”, decía el vocalista.
“Estamos aquí otra vez. Se ven bellísimos. Muchas gracias, mi familia. Se cumplen 25 años del nuestro primer disco… Solo esta noche, puras canciones de 1999“, decía Corey.
El amor de Slipknot por México
Los gritos de los fans también son pintorescos en el concierto de Slipknot en el Parque Bicentenario. “Sid, te amo… Eloy, te amo… Eres el mejor, Sid”, gritaban mientras Sid Wilson tocaba algún remix. Y qué decir de Eloy Casagrande, que realmente es un baterista de alto calibre. Los metaleros se ven rudos, pero son amorosos, jeje.
“Me Inside”, “Liberate”, “Purity”, “No Life” sonaban, pero Corey Taylor tenía algo más para la sorpresa. “¿Quieren algo especial? Escuchen…”, dice Corey.
“La siguiente parte la diré en inglés, porque me viene del corazón… Prometo que la próxima vez que vengamos a México, hablaré mejor español. Somos humildes y agradecidos… Los jodidamente amamos, desde el fondo de nuestro corazón”.
El cierre vino con todo y “Spit It Out”, “Scissors” y “Surfacing”. Una hora y 15 minutos aproximadamente de show. No hubiera estado mal algunas canciones de otros discos para enriquecer el concierto, la neta…
Como que uno esperaba más tiempo, sobre todo cuando ya hiciste el viaje tan largo hasta el Parque Bicentenario y te aventaste la caminadota para acceder a concierto.
Pero también se vale decir que, si eres fan from hell, valió la pena absolutamente. Después de todo, esa nostalgia de volver por un momento a la última parte de los 90 tiene su encanto. Y en ese sentido, Slipknot lleva más de 25 años de encantar a los maggots… y esta vez no fue la excepción.