
¿Por qué el papa Robert Prevost eligió llamarse #LeónXIV?
El nuevo pontífice, el estadounidense #RobertPrevost, sorprendió al mundo no solo por su nacionalidad, sino también por el nombre que eligió para su papado: León XIV. Esta elección no es casual. En la historia de la Iglesia católica, los nombres papales transmiten un mensaje espiritual, simbólico y político. El número XIV indica que es el decimocuarto papa que lleva este nombre, y sugiere una posible conexión con el legado del último que lo usó.
Un guiño a León XIII y su compromiso social
El último papa que se llamó León fue León XIII, quien ocupó el cargo entre 1878 y 1903. Este pontífice es recordado por su encíclica Rerum Novarum, en la que defendió los derechos de los trabajadores y abordó los problemas sociales de su tiempo. Al adoptar el nombre León XIV, Prevost podría estar marcando una continuidad con esa visión social, en sintonía con el enfoque pastoral y cercano que también caracterizó al papa Francisco.
El cambio de nombre de un papa no es una moda reciente, sino una tradición con raíces bíblicas. En las Escrituras, Dios cambia el nombre de algunos elegidos —como Simón a Pedro o Saulo a Pablo— para marcar el inicio de una nueva misión. Del mismo modo, León XIV deja atrás su vida como cardenal para asumir una identidad renovada como líder espiritual de más de mil millones de católicos.
El nuevo nombre como símbolo de continuidad o ruptura

Al elegir un nombre papal, se envía un mensaje al mundo: puede tratarse de una continuidad con un legado anterior o de una declaración de cambio. En el caso de León XIV, hay quienes interpretan su elección como una combinación de ambos elementos. Aunque se asocia con un papa del pasado, su estilo, origen y época representan un giro moderno en el liderazgo de la Iglesia.
¿Cuáles fueron los nombres más usados por los últimos papas?
En décadas recientes, hemos visto papas con nombres cargados de significado. Francisco, elegido por Jorge Bergoglio en 2013, rindió homenaje a san Francisco de Asís. Antes, Benedicto fue elegido por Joseph Ratzinger para recordar a Benedicto XV y al fundador del monacato. Juan Pablo, usado por dos pontífices, combinó los nombres de quienes guiaron el Concilio Vaticano II. Todos estos nombres tienen algo en común: reflejan una misión espiritual clara.
Es genial ver que se están tomando medidas para cuidar el medio ambiente, pero a veces siento que se quedan solo en palabras y no pasan a la acción. Necesitamos más iniciativas reales y menos promesas vacías.
Es genial que se estén tomando medidas para mejorar la seguridad en las calles. La verdad es que muchos de nosotros hemos sentido miedo al salir, así que cualquier esfuerzo por hacer que la gente se sienta más segura es bienvenido. Aunque, por otro lado, espero que no se olviden de cuidar también a las comunidades y no solo a las zonas más transitadas.