Guanajuato es una ciudad llena de cultura, tradiciones y leyendas. Además de sus callejones míticos, plazas y calles empedradas, esta urbe colonial tiene una red de túneles que forma un laberinto subterráneo a través de casi nueve kilómetros.
Esto le da a este sitio un aire misterioso que puede llegar a ser fascinante para unos, horrible para otros, pero sin duda interesante para todos.
Y es que la capital de Guanajuato es tan perfecta como misteriosa. Es algo más que una joya del Bajío, es más bien ese lugar en el que nacen historias abajo de la tierra. Túneles que nos llevan a pensar en lo clandestino, en lo viejo, en lo asombroso.
En otras palabras es una ciudad llena de historia que ofrece además de un clima muy agradable, la posibilidad de vivir algo poco usual.
La historia de los túneles de Guanajuato
Desde 1548 esta ciudad se volvió uno de los principales centros mineros del país por la abundancia de plata.
Pero los túneles llegarían en el siglo XIX. Para 1883, con el porfiriato, se comenzó la construcción del primero con el objetivo de proteger a la ciudad —que se ubica en una cañada muy profunda— de las inundaciones constantes en las épocas de lluvia. Este primer ejemplar se inauguró en 1908.
Los muros de las casas junto al Río Guanajuato fueron elevados y esto sirvió como base para trazar este primer túnel, que se llamó “El Cuajín”, con 1162 metros de largo y un diámetro interior de siete metros. A este se le dio un uso hidráulico para controlar el flujo del agua del río y hacerla desembocar en la presa Pozuelos como un desagüe.
Túneles para el desagüe y túneles para el tráfico vehicular
Terminada la Guerra de Independencia, con el porfiriato llegaron tiempos más prósperos para Guanajuato.
Se construyeron el Teatro Juárez y el Mercado Hidalgo. Se inauguró “El Cuajín” y ante la demanda de vías para el tráfico vehicular se planeó la construcción de más vías subterráneas.
Estas vías, por debajo de la ciudad, se hicieron tanto para darle cauce a las aguas como para el transporte de la gente. Con el tiempo, estos túneles se convirtieron en un atractivo popular y quizá por eso se siguió excavando.
Una de las trece maravillas de México
Es tan genial este mapa subterráneo que es considerado desde 2007 como una de las 13 maravillas de México creadas por el hombre.
De hecho, ocupa el segundo puesto después del Centro Histórico de la Ciudad de México y es seguido por el Paseo Santa Lucía de Monterrey, Nuevo León, las zonas arqueológicas de Teotihuacán, de Monte Albán y de Palenque y otras construcciones célebres de nuestro país. México también tiene 13 maravillas naturales.
Túneles famosos y leyendas
Los túneles más famosos son: el túnel “Padre Belauzarán” de 1951, destinado al tráfico vehicular y que después se prolongó con la Avenida Hidalgo, también conocida como “La Subterránea”; los túneles “El Minero”, “La Galareña”, “Los Ángeles” y el “Diego Rivera”, uno de los más grandes construidos hasta ahora.
No resulta difícil que los turistas se pierdan entre las muchas desviaciones que tiene esta red subterránea.
Las leyendas locales cuentan que en las noches se puede escuchar a La Llorona cuando deambula en el subsuelo de la ciudad y que después de las dos de la madrugada se aparecen dos monjes que andan en busca de su monasterio.
Vámonos de túneles
Estos túneles tienen muros de piedra de estilo colonial y cantera y también pueden ser recorridos a pie. Suben y bajan en laberinto por debajo de la ciudad y su oscuridad inquietante invita a la aventura. Un fin de semana puede ser suficiente para conocerlos, sin dejar de lado los callejones, los sitios históricos o las momias. ¡Vámonos de túneles a Guanajuato!
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