La noche californiana fue testigo de un nuevo capítulo legendario en la historia del béisbol. En un Dodger Stadium repleto y vibrante, el fenómeno japonés Shohei Ohtani volvió a deslumbrar al mundo con su madero al conectar su quinto cuadrangular en cinco juegos consecutivos, igualando una de las marcas más prestigiosas en la rica historia de los Los Angeles Dodgers.
Este nuevo bombazo, una verdadera obra de arte de 441 pies por el jardín central, llegó en la primera entrada del encuentro ante los Minnesota Twins, ante el abridor Chris Paddack, y desató la ovación de más de 50,000 fanáticos que presenciaron en vivo una secuencia ofensiva pocas veces vista.
Este jonrón no solo le dio una ventaja temprana a su equipo, sino que también marcó un punto de inflexión en su carrera con los Dodgers. Ohtani se convirtió en el séptimo jugador en la historia de la franquicia en lograr una racha de cinco partidos consecutivos con cuadrangular, empatando así un hito reservado para algunos de los más grandes nombres que han vestido el uniforme azul:
- Roy Campanella (1950)
- Shawn Green (2001)
- Matt Kemp (2010)
- Adrián González (2014–15)
- Joc Pederson (2015)
- Max Muncy (2019)
Lo impresionante no es solo la hazaña en sí, sino la consistencia con la que Ohtani ha desplegado su poder. Con este batazo, suma ya 37 jonrones en la temporada, consolidando su posición como líder absoluto de la Liga Nacional en este departamento y proyectándose para una campaña histórica que podría superar las 50 tablas por primera vez en su carrera.
El partido fue mucho más que un simple show de poder. Fue un duelo de estrategias, emociones cambiantes y momentos dramáticos que mantuvieron a todos al borde del asiento.
Después del jonrón inicial de Ohtani, el encuentro se tornó cerrado. El as de los Dodgers, Tyler Glasnow, tuvo una noche de ensueño al dominar durante siete entradas con 12 ponches, permitiendo apenas un hit. Su labor mantuvo a los Dodgers en juego mientras los bates buscaban romper el empate.
Pero fue en la novena entrada cuando el verdadero drama se desató. Con el marcador 3‑3, dos outs y corredores en base, los Twins decidieron bolear intencionalmente a Ohtani, aún con bases llenas. Una decisión arriesgada, y que no ocurría desde 1955 en la MLB, muestra el respeto absoluto que genera el bateador nipón. En ese momento, cualquier error o pitcheo descuidado podría haber significado una catástrofe.
La decisión se pagó cara. Con las bases congestionadas, Freddie Freeman conectó un sencillo al jardín derecho que selló la victoria para los Dodgers por 4‑3 y extendió la racha ganadora del equipo. Ohtani, quien había sido pasaporteado, terminó anotando la carrera de la victoria, demostrando que su impacto va mucho más allá del cuadrangular inicial.
La racha que vive Ohtani no es producto del azar. Desde el inicio de julio, sus estadísticas han explotado:
- Promedio de bateo en los últimos 10 juegos: .432
- Jonrones en los últimos 5 juegos: 5
- Carreras impulsadas en julio: 22
- OPS en el mes: 1.392
Además, su WAR (Victorias Sobre Reemplazo) sigue creciendo, y ya supera el de cualquier jugador de posición o lanzador en la MLB esta temporada. Esto lo pone de nuevo como el gran favorito al MVP de la Liga Nacional, algo que ya ha logrado tres veces en su carrera, incluyendo en ambas ligas.
Lo que hace Shohei Ohtani no tiene precedentes modernos. Es un jugador dos vías que compite al más alto nivel tanto como bateador designado como lanzador. Aunque actualmente no lanza regularmente tras su cirugía Tommy John en 2024, los Dodgers han anunciado que volverá a la loma en agosto en apariciones breves, aumentando todavía más su valor y aura legendaria.
Más allá de los números, Ohtani ha trascendido el deporte. Es una figura cultural global, el rostro de una nueva era del béisbol. Su firma por $700 millones con los Dodgers no solo fue la más cara en la historia del deporte, sino una inversión que se está pagando con creces tanto en lo deportivo como en lo comercial.
La expectativa es máxima. Los Dodgers se preparan para recibir a los Boston Red Sox en una serie cargada de historia. La pregunta es clara:
¿Podrá Shohei Ohtani conectar un sexto jonrón consecutivo y romper el récord absoluto de la franquicia?
Además, hay rumores de que Ohtani podría realizar su primera apertura breve como lanzador a inicios de agosto, en lo que sería su esperado regreso como arma de doble filo. Con la postemporada en el horizonte y los Dodgers buscando consolidar su liderato en el Oeste de la Nacional, el momento no podría ser más oportuno.
Freeman, su compañero de equipo, no ocultó su admiración tras el partido:
“No creo que haya visto a alguien dominar así todos los días, en ambos lados del juego. Shohei es simplemente… diferente. No hay otro igual.”
Incluso el manager Dave Roberts comentó:
“Estamos presenciando algo histórico cada noche. Lo de Shohei va más allá de cualquier estadística. Es un privilegio tenerlo en nuestro clubhouse.”
Las redes sociales estallaron tras el juego. Figuras del deporte, actores de Hollywood y aficionados de Japón, Estados Unidos y Latinoamérica celebraron el nuevo logro de su ídolo. La etiqueta #ShoTime fue tendencia mundial por sexta vez en el mes.
Shohei Ohtani está en medio de una temporada para el recuerdo. En un deporte que celebra tanto la tradición como la innovación, él se ha convertido en la fusión perfecta: un talento atemporal con un estilo moderno.
Apenas tiene 30 años, y ya ha cambiado las reglas de lo posible en el béisbol. Lo que alguna vez fue considerado un experimento —ser lanzador y bateador a nivel profesional—, ahora es el estándar con el que se mide la grandeza.
