29-Agosto-2025.-.La presidenta Claudia Sheinbaum salió en defensa de Gerardo Fernández Noroña después del altercado que protagonizó con Alejandro Moreno, líder nacional del PRI, en la Comisión Permanente del Congreso. La mandataria consideró que es una contradicción que el PRI acuse al gobierno de autoritarismo, cuando —dijo— fueron ellos quienes actuaron con violencia en el Senado. “Son el PRIAN, no se nos olvide”, subrayó con firmeza.
Durante su mensaje, Sheinbaum señaló que las acusaciones de autoritarismo carecen de sustento y responden más a una estrategia política de la oposición que a hechos concretos. En su opinión, la verdadera contradicción radica en que quienes promueven la narrativa de un gobierno represor son los mismos que recurren a la violencia verbal y física dentro de las instituciones. Para la presidenta, este tipo de episodios evidencian la falta de argumentos sólidos en el discurso opositor.
La mandataria destacó que la ciudadanía debe analizar con atención estos hechos para entender “quiénes son y por qué tanto odio y violencia” de parte de los partidos que integran el bloque opositor. En este sentido, insistió en que lo ocurrido es un reflejo del desgaste de las viejas prácticas políticas que aún buscan prevalecer en los espacios de poder.
Por su parte, Gerardo Fernández Noroña confirmó que interpondrá una denuncia formal contra Alejandro Moreno y los diputados del PRI que participaron en el altercado. El legislador aseguró que no se trata únicamente de un enfrentamiento personal, sino de un acto que pone en riesgo la integridad de quienes participan en los trabajos legislativos. Con ello, busca sentar un precedente para que este tipo de conductas no se normalicen en el Congreso.
La presidenta Sheinbaum coincidió en que la actuación del Ministerio Público, al acudir al Senado para tomar la declaración de Noroña, no debe considerarse una acción criticable, sino un procedimiento que incluso “lo ensalza y lo promueve”. Afirmó además que no existe ninguna razón para pensar en un proceso de desafuero, descartando así rumores sobre posibles consecuencias legales en contra del legislador.
Este episodio vuelve a poner sobre la mesa la polarización política en México y la dificultad de alcanzar consensos en los órganos legislativos. Mientras el oficialismo denuncia violencia de la oposición, el bloque opositor acusa autoritarismo del gobierno. En medio de este intercambio, la ciudadanía observa con escepticismo cómo los representantes políticos priorizan pleitos y señalamientos en lugar de enfocarse en soluciones concretas para los problemas nacionales.
Expertos en análisis político señalan que este tipo de enfrentamientos no solo dañan la imagen de las instituciones, sino que alimentan la desconfianza ciudadana hacia la clase política en general. Por ello, destacan la urgencia de elevar el nivel del debate público, privilegiar la argumentación sobre la confrontación y demostrar que el Congreso puede ser un espacio de acuerdos, no de riñas.
