
Claudia Sheinbaum dejó un mensaje contundente que resuena en todo el país: México no permitirá la entrada de tropas estadounidenses a su territorio. La mandataria fue enfática al subrayar que la soberanía nacional es innegociable, frente a los rumores sobre un posible despliegue militar de Estados Unidos. Sus declaraciones buscan calmar la especulación y reafirmar la independencia del país en temas de seguridad.
Los informes recientes indican que altos funcionarios de la administración de Donald Trump habrían considerado la posibilidad de enviar fuerzas militares para reforzar la lucha contra el crimen organizado. Este planteamiento generó alarma entre analistas y diplomáticos, quienes advierten sobre las consecuencias políticas y sociales de una intervención extranjera en suelo mexicano.
Sheinbaum explicó que la colaboración entre México y Estados Unidos se basa en acuerdos bilaterales y protocolos de seguridad bien definidos. “Tenemos un entendimiento en seguridad que hemos trabajado durante muchos meses con el gobierno estadounidense”, señaló, enfatizando que la cooperación se da en términos de respeto mutuo y coordinación, no de subordinación.
La presidenta de la Ciudad de México reiteró con firmeza: “No va a ocurrir, no va a ocurrir”. Aunque no existe un reporte oficial de un eventual despliegue, Sheinbaum aseguró que México no está de acuerdo con intervenciones unilaterales que puedan vulnerar la autonomía del país. Su postura envía un mensaje claro a la comunidad internacional sobre la defensa de la soberanía.
En detalle, Sheinbaum recordó que durante conversaciones telefónicas, Trump le propuso el envío de tropas y otros mecanismos de apoyo directo. La respuesta de la mandataria fue tajante: México es un país libre e independiente, y cualquier colaboración debe respetar su soberanía. Su rechazo, aseguran expertos, marca un precedente importante en la relación bilateral.
La mandataria enfatizó que la cooperación con Estados Unidos continuará, pero bajo parámetros de respeto mutuo. Intercambio de información, capacitación conjunta y coordinación en temas específicos de seguridad son las vías aceptables, mientras que la intervención directa de fuerzas extranjeras queda totalmente descartada.
Analistas políticos consideran que esta postura fortalece la imagen de México como un país que protege sus intereses y su independencia. Además, la firmeza de Sheinbaum podría influir en futuros acuerdos de cooperación, estableciendo límites claros sobre hasta dónde puede llegar la colaboración con potencias extranjeras.
Finalmente, Sheinbaum concluyó reafirmando que la soberanía no se negocia y que México seguirá trabajando en su seguridad con responsabilidad y autonomía. “Somos un Estado soberano y así se nos reconoce en el mundo”, aseguró, dejando claro que cualquier acción externa que pretenda alterar esta condición será rechazada.








