7 SEPTIEMBRE 2025- INTERNACIONAL- El gobierno de Corea del Sur ha logrado un acuerdo diplomático con Estados Unidos para la liberación y repatriación de cientos de sus ciudadanos, detenidos durante una redada masiva de inmigración en una planta de Hyundai en Georgia. El jefe de gabinete presidencial de Corea del Sur, Kang Hoon-sik, anunció que se enviará un avión fletado para traer a los detenidos a casa, una vez completados los trámites administrativos. Este acuerdo es el resultado de un intenso esfuerzo diplomático para resolver un incidente que ha causado una «conmoción» en el país asiático.
La redada, llevada a cabo por funcionarios del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), resultó en la detención de 475 personas, más de 300 de ellas ciudadanos surcoreanos, acusados de trabajar ilegalmente en la planta de baterías. La Casa Blanca defendió la operación, con el presidente Donald Trump declarando que «eran extranjeros ilegales y el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) simplemente estaba haciendo su trabajo». El gobierno estadounidense ha argumentado que la redada era necesaria para proteger los empleos de los ciudadanos estadounidenses.
La operación ha generado una gran preocupación en Corea del Sur, un aliado cercano de Estados Unidos que ha prometido importantes inversiones en manufactura estadounidense. Los medios surcoreanos han descrito la redada como una «conmoción» y han advertido que podría tener un «efecto disuasorio en las actividades de nuestros negocios en Estados Unidos». La empresa LG Energy Solution, que opera la planta junto con Hyundai, ha suspendido la mayoría de los viajes de negocios a EE.UU. y ha ordenado a sus empleados asignados en el país que regresen a casa de inmediato.
Una operación con implicaciones políticas y económicas
El momento de la redada, mientras ambos gobiernos mantienen delicadas negociaciones comerciales, ha puesto en evidencia una tensión entre la política migratoria y la política económica de Estados Unidos. Por un lado, Trump fomenta activamente importantes inversiones de otros países, pero por el otro restringe la asignación de visas para empresas extranjeras. La contradicción de la política migratoria y económica de Estados Unidos es un factor clave en este conflicto. El agente especial de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), Steven Schrank, aseguró que «esta operación envía un mensaje claro: quienes se aprovechan del sistema y socavan nuestra fuerza laboral rendirán cuentas». .
La redada ha tenido un impacto directo en la comunidad empresarial surcoreana. LG Energy Solution afirmó que muchos de los empleados arrestados se encontraban en viajes de negocios con diversas visas o bajo un programa de exención de visa. Esta situación genera un debate sobre la necesidad de una mejor comunicación y un sistema de visados más claro y eficiente entre ambos países. La falta de claridad en las visas de los trabajadores surcoreanos es un problema que el gobierno de Corea del Sur busca resolver para prevenir incidentes similares en un futuro.
El acuerdo para la repatriación de los ciudadanos surcoreanos es un paso en la dirección correcta, pero no soluciona el problema de fondo. La conmoción en Corea del Sur ha dejado en claro que el gobierno y las empresas surcoreanas están preocupados por el impacto de la política migratoria de Estados Unidos en sus inversiones. La diplomacia ha logrado evitar un conflicto mayor entre dos aliados, pero la situación podría tener consecuencias a largo plazo en las relaciones bilaterales y en la confianza de las empresas surcoreanas en Estados Unidos como un socio de negocios estable.
La disuasión a la inversión extranjera
