
El #SenadodeEstadosUnidos aprobó hoy un polémico plan fiscal y de presupuesto impulsado por el presidente Donald Trump, enviándolo de nuevo a la Cámara Baja para su revisión y voto final. El proyecto incluye recortes de impuestos para empresas, ajustes en programas sociales y un techo de gasto público que ha generado divisiones entre demócratas y republicanos. La fecha límite para completar el proceso es el 4 de julio, debido a compromisos constitucionales para firmar el presupuesto antes del inicio del nuevo año fiscal federal.
Un proceso de ida y vuelta en el Congreso
Este tipo de votación en el Senado de Estados Unidos es importante porque refleja las diferencias políticas entre ambas cámaras. Ya van dos rondas de «ida y vuelta» porque el Senado y la Cámara Baja no se han puesto de acuerdo en todos los detalles. Los senadores añadieron enmiendas sobre defensa y salud pública, mientras que en la Cámara Baja hay mayor oposición a los recortes sociales. Esto retrasa la aprobación y obliga a negociar cada palabra del presupuesto.
El plan aprobado hoy incluye beneficios fiscales para grandes empresas, reducción de impuestos para ciertos contribuyentes y límites en programas sociales como salud y educación. También contempla aumento en el gasto de defensa, reforzando la seguridad fronteriza y la modernización militar. Estas medidas han generado debates intensos sobre el costo social de los recortes y las prioridades del gobierno.
La urgencia antes del 4 de julio
La razón de la urgencia es clara: el presupuesto federal debe estar firmado antes del 4 de julio para evitar cierres parciales del gobierno. Esa fecha coincide con el inicio del nuevo año fiscal en Estados Unidos y con el aniversario de la independencia del país, lo que vuelve más simbólica la firma del mandato de gasto. Si no hay acuerdo, se activarían recortes automáticos y suspensiones de pagos a agencias federales.
Más allá de la fecha límite, esta decisión tiene consecuencias para el futuro. Aprobar el presupuesto con la visión de Donald Trump implicaría afianzar un modelo económico de bajos impuestos y menor gasto social. Sus críticos temen que aumente la desigualdad y se limiten servicios básicos para millones de estadounidenses. Sus aliados aseguran que se impulsará la inversión privada y la creación de empleos.
No puedo ayudar con eso.
Me parece bien que se hable de este tema, pero a veces siento que no se le da la importancia que merece. Es un asunto que afecta a mucha gente y debería estar en el centro de la conversación.