
Aunque el seguro médico del IMSS ofrece una amplia cobertura para millones de mexicanos, es importante conocer las limitaciones que existen dentro del sistema para evitar sorpresas al momento de requerir ciertos servicios. Para 2025, se mantienen algunas exclusiones relevantes que los derechohabientes deben tener muy presentes.
Entre las atenciones médicas incluidas se encuentran las consultas generales, estudios clínicos y tratamientos básicos indicados por los especialistas del IMSS. También están cubiertas las cirugías necesarias, hospitalización, medicamentos recetados por médicos del instituto, atención obstétrica y subsidios por incapacidad laboral.
Sin embargo, hay procedimientos y servicios que no están cubiertos. Por ejemplo, el IMSS no cubre cirugías estéticas o cosméticas que no sean por causa médica, como reconstrucciones sin diagnóstico clínico de necesidad. Tampoco se incluyen tratamientos dentales que no tengan relación directa con enfermedades graves o tratamientos maxilofaciales funcionales.
Asimismo, quedan excluidos tratamientos experimentales, terapias alternativas, medicamentos no autorizados por el cuadro básico del IMSS y servicios médicos privados ajenos al instituto, aunque el paciente desee costear parte del tratamiento por su cuenta. De igual manera, no se cubren gastos derivados por accidentes en actividades extremas o de alto riesgo no laborales.
Otros aspectos que no cubre el seguro del IMSS incluyen prótesis estéticas no esenciales, atención por enfermedades crónicas en etapas terminales si no están dentro de la red del instituto, y tratamientos fuera del país. También existen restricciones en servicios como inseminación artificial y reproducción asistida.
Por ello, los derechohabientes deben consultar directamente con su clínica de adscripción o en la página oficial del IMSS para confirmar si su necesidad médica está dentro de la cobertura, ya que muchos gastos pueden correr por cuenta del paciente si no se ajustan a las políticas vigentes del IMSS en 2025.