
Cancún, Quintana Roo.— La devastación de la selva en el sureste de México es un hecho, pues la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha explotado 11 minas a cielo abierto para extraer materiales pétreos que se utilizan para construir del Tren Maya —que impulsa Andrés Manuel López Obrador—, pero de manera ilegal, es decir, sin los permisos necesarios y esto significa 700 hectáreas sólo en Quintana Roo.
De acuerdo con lo que documenta Fábrica de Periodismo, el Ejército mexicano se vale de una figura legal que no existe, de tal forma que no han presentado las Manifestaciones de Impacto Ambiental (MIA) a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
¿En qué tramos del Tren Maya construyen con la explotación ilegal de minas?
Desde septiembre de 2023, cuando AMLO transfirió de Fonatur a la Sedena las obras, el Ejército ha extraído materiales pétreos de manera ilegal en minas para el Tren Maya, cuya explotación causa devastación al medio ambiente.
Esto se usa para construir los caminos, taludes y el tendido que soporta las vías en los tramos 5, 6 y 7 del Tren Maya, el cual que correrá de Cancún, Quintana Roo, a Xpujil-Escárcega, Campeche.
Cada tramo requiere grandes cantidades de roca caliza, grava, arena, balasto y placas de tierra.
Conforme avanzan los trabajos, los primeros bancos de materiales quedan lejos de las siguientes obras y, entonces, la Sedena abre otros yacimientos pétreos para que el tiempo de traslado no incremente los costos de las obras.
Y aunque la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente dice que para operar estos yacimientos de materiales, se debe solicitar la MIA a la Semarnat para hacer el cambio de uso de suelo de lo que son terrenos forestales, el Ejército no lo cumple.
Un permiso provisional que no existe, ante la ley
Y es que desde que la empresa militar Grupo Aeroportuario, Ferroviario, de Servicios Auxiliares y Conexos, Olmeca-Maya-Mexica (Gafsacomm), empezó a tender las vías férreas para el ferrocarril, explota esas minas a cielo abierto con un simple “permiso provisional” que la misma Semarnat les otorgó.
Pero hay un detalle: en la Ley de Equilibrio Ecológico los “permisos provisionales” no existen, por lo que la explotación que hace Sedena de las minas para el Tren Maya sería de manera ilegal.
Antecedente: minas ilegales para el Tren Maya y el Aeropuerto Internacional de Tulum
Desde el pasado mes de junio de este año, una investigación de Latinus reveló que para la obra del Tren Maya y del Aeropuerto Internacional de Tulum, el Ejército abrió 18 minas o bancos de materiales que devastaron cientos de hectáreas en la Península de Yucatán, donde se perdieron capas de suelo y una importante biodiversidad geológica y forestal.
En entrevista para Fábrica de Periodismo Luis Zambrano, investigador del Instituto de Biología de la UNAM afirmó que en este sexenio se destruyeron por completo esas normas de protección ambiental de manera tácita.
Con un decreto que declara al Tren Maya “proyecto de seguridad nacional” y la entrega de la obra a los militares, el presidente abrió la puerta para que el ejército pueda incurrir en cualquier violación a las leyes.
La selva maya devastada: no podrá recuperarse en cientos de años
Apenas entre enero y julio de 2024 la Sedena solicitó a la Semarnat “regularizar”, a través de la aprobación de las MIA de al menos 11 “bancos de extracción de materiales pétreos” que abrió y explotó para la construcción del Tren Maya.
Sin embargo, la devastación causada por las minas a cielo abierto se extiende ya a unas 700 hectáreas de selva sólo en Quintana Roo.
El daño ya está hecho y la mayoría de estos yacimientos tuvieron sólo 24 meses de vida útil, como la misma Sedena lo indica en sus propuestas de MIAs.
La destrucción es tan grande que estos bancos de materiales son, en realidad, minas no-metálicas a cielo abierto, advierte Zambrano.
“Su actividad es catastrófica: destruyen arriba y destruyen abajo; esto es, causan pérdidas significativas de floresta, capas de suelo y material geológico. Su recuperación es a cientos de años“.
Además, se ha reportado que al dinamitar estos terrenos, se han destruido vestigios arqueológicos que podrían haber sido invaluables para la historia y cultura de la región.
En riesgo el ecosistema de la Península de Yucatán.
El uso de una figura legal inexistente para justificar la devastación ambiental pone en riesgo el ecosistema de la Península de Yucatán.

Pero eso no es todo: también muestra cómo las leyes ambientales pueden ser ignoradas en proyectos gubernamentales de gran escala. ¿Quién hará justicia ¿Quién detendrá este desastre?
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Por cierto, en fecha reciente, la Comisión de Puntos Contitucionales aprobó un dictamen de una reforma ambiental de AMLO.
La iniciativa prohibía la minería a cielo abierto, pero la modificaron para permitirla en ciertos casos a criterio de la presidencia de la República.
Devastación del suelo tras ser explotado por la minería para extraer material
Las minas de materiales arrasan enormes hectáreas de selva para construirlas; después, se devastan capas y capas de suelo para obtener el material.
Al ser abandonado el proceso de extracción, el paisaje queda agujereado, lunar, con grandes extensiones de tierra árida, como si fueran islotes de desierto en medio de la selva.
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Pero la devastación del hábitat no se limita a las hectáreas donde se ubican las minas: todo el cuadrado de la Península de Yucatán es suelo kárstico, roca caliza, por eso, en la superficie de estas tierras no hay ríos ni lagos, el agua fluye por debajo gracias a la porosidad del suelo.
Entonces modificar este ecosistema tiene consecuencias. Cualquier afectación a la red subterránea de ríos y lagos tendrá un impacto en toda la región.

“Dinamitar el suelo, como hacen estas minas, es arrasar con el ecosistema. Lo único que dejas es el sustrato.
“Si siembras una plantita, por mucho abono que le pongas, se va a morir en el corto plazo porque el ecosistema tiene primero que regenerar su suelo antes de lograr soportar vida.
“La destrucción es muy grande. Por eso, la minería de cualquier tipo es la actividad más destructiva que tenemos en el planeta”.
Destrucción de vestigios arqueológicos por el Tren Maya
Al respecto, el biólogo y espeleólogo Roberto Rojo, coordinador de Cenotes Urbanos, quien ha explorado las cuevas, cavernas y cenotes afectadas por la construcción del puente elevado sobre el que correrá el Tren Maya, remarca la destrucción de vestigios arqueológicos.
“Tengo amigos que trabajaron en el Tramo 7 del Tren Maya y me describían cómo explotaban cerros completos con la dinamita que les colocaron. Al estallar, de algunos montes salían disparados vestigios arqueológicos que tenía adentro. Eso, además de las grandes extensiones de vegetación que fueron arrasadas”.
Comentó para Fábrica de Periodismo que apenas en junio, el biólogo asistió a una reunión sobre el Plan de Ordenamiento Ecológico del municipio de Solidaridad, donde se ubica Playa del Carmen.
Sedena explota minas para el Tren Maya de manera ilegal; así devasta la selva VÍDEO
Ahí, el alcalde informó que, además de las minas operadas por el Ejército y nada más en este ayuntamiento, existen 114 minas privadas a cielo abierto que también venden materiales pétreos al Tren Maya; sólo tres tienen los permisos adecuados para operar.
“¡Esto es una alerta máxima! La construcción del tren empezó sin los permisos para cambio de uso de suelo y sin las manifestaciones de impacto ambiental que exige la ley. ¿Cómo puedes valorar, ahora, el impacto ambiental si desconoces lo que perdiste porque no hiciste el estudio antes de que la zona quedara desértica
Más de mil hectáreas en Quintana Roo y Yucatán
Los científicos, antropólogos y ambientalistas que han denunciado la devastación de la selva y la afectación en buena parte del Gran Acuífero Maya con la destrucción de cavernas, cuevas y cenotes.
Calculan que poco más de mil hectáreas, sólo en Quintana Roo y Yucatán, han sido arrasadas con la explotación de las minas de Sedena que extraen materiales causando devastación de los recursos naturales.
“Estamos sentados en primera fila para ver desaparecer las últimas selvas saludables de México. Si eso sucede tendremos pérdida de biodiversidad, alteración de los sistemas subterráneos, exposición de los mantos freáticos y cambio de las dinámicas subterráneas. No es un juego. Han fracturado este ecosistema.
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