
6 de Octubre del 2025.- La ganadería en Tamaulipas enfrenta una de sus peores crisis en años recientes, con la amenaza latente del gusano barrenador del ganado que ha provocado el cierre parcial de la frontera para la exportación de bovinos a Estados Unidos. Esta situación, que se ha prolongado por casi un año desde la reaparición de la plaga en el país, pone en riesgo de quiebra a miles de productores, especialmente a los ranchos de pequeña y mediana escala que dependen en gran medida de las ventas al mercado internacional para su subsistencia y desarrollo económico.
La preocupación entre los ganaderos tamaulipecos se ha intensificado tras el anuncio de que el estado no será incluido en la próxima reevaluación para la reapertura de la frontera, programada para el siguiente mes. Según Jorge Zertuche Rodríguez, ex subsecretario federal de Sagarpa, el análisis de las autoridades estadounidenses se centrará únicamente en Sonora, Chihuahua, Coahuila y Nuevo León, dejando a Tamaulipas en una situación de incertidumbre y desventaja comercial que agrava la ya precaria condición del sector pecuario en la región.
Riesgo inminente de dispersión
La situación geográfica de Tamaulipas incrementa el nivel de alerta, ya que sus estados vecinos, Veracruz y Nuevo León, han confirmado la presencia de brotes activos del gusano barrenador. Ante este panorama, el diputado federal José Braña ha hecho un llamado urgente desde la Cámara de Diputados para extremar las medidas de inspección zoosanitaria y establecer una barrera de contención eficaz. El legislador advirtió que el riesgo de que animales contaminados ingresen al territorio tamaulipeco es inminente y podría tener consecuencias irreversibles para la industria ganadera local.
El impacto económico de esta crisis sanitaria ya es palpable. La retención forzada del ganado que no puede ser exportado eleva considerablemente los costos de producción, ya que los rancheros deben seguir alimentando y manteniendo a los animales. Esta carga financiera adicional, sumada a la pérdida de ingresos por la drástica caída en las ventas, está llevando a muchos productores al límite. Además, se ha generado una pérdida significativa de empleos y se ha frenado la derrama económica que beneficiaba a numerosas comunidades rurales.
Caída drástica en exportaciones
Las cifras oficiales reflejan la magnitud del problema que enfrenta el sector ganadero. Mientras que en el ciclo 2023-2024 Tamaulipas logró exportar cerca de 70,975 cabezas de ganado, para el ciclo 2024-2025, este número se desplomó a tan solo 24,365. Esto representa una alarmante disminución de más del 65%, un golpe devastador para una de las actividades económicas más importantes del estado y que evidencia la severidad de las restricciones impuestas por la presencia del gusano barrenador.
A pesar del panorama sombrío, existe un atenuante en el mercado nacional. Jorge Zertuche Rodríguez explicó que los precios domésticos del ganado han experimentado un incremento. Este aumento se debe a la disminución del flujo de bovinos provenientes del sur del país, lo que ha obligado a los centros de engorda del norte de México a buscar abastecimiento local. Aunque esto ofrece un respiro, no compensa la pérdida de la oportunidad de acceder a los precios históricamente altos que se registran actualmente en el mercado de Estados Unidos, donde se podría obtener hasta un 30% más de ganancias.