
CIUDAD DE MÉXICO.— Durante el segundo mes del año se perdieron 277 mil empleos en México, principalmente de carácter formal, revelan los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Mientras que en el sector informal se generaron 69 mil plazas durante febrero, en el formal se perdieron 346 mil puestos, cifra que contrasta con los datos del IMSS, en donde se registró la generación de 119 mil.
Ante estas cifras se puede inferir que se eliminaron empleos en otras áreas, tales como trabajadores federales y estatales, así como en el Ejército.
Pese a lo anterior, el número de desempleados disminuyó en 125 mil personas durante el segundo mes del año para llegar a un millón 524 mil, con lo que la tasa de desocupación con base en cifras originales bajó de 2.70% en enero a 2.51% de la Población Económicamente Activa en febrero.
Esto se debe a que 151 mil personas salieron del mercado laboral, es decir, disminuyó la población ocupada y la que andaba en busca de un empleo.
El sector de los servicios fue el principal responsable de la pérdida de empleo con la eliminación de 305 mil plazas en febrero, seguido del agropecuario con la desaparición de 141 mil.
Por el contrario, en la industria se generaron 146 mil puestos, además de otros 23 mil lugares dentro de sectores no identificados.
Por actividades específicas, dónde más se perdieron empleos fue en gobierno y organismos internacionales con 230 mil plazas; seguida de servicios profesionales, financieros y corporativos con 152 mil; así como la industria manufacturera donde se eliminaron 145 mil puestos en el segundo mes del año.
Es preocupante ver cómo se pierden tantos empleos formales mientras surgen trabajos informales que no ofrecen seguridad ni beneficios. La gente se ve obligada a aceptar empleos precarios solo para sobrevivir. Esto no solo afecta la calidad de vida, sino que también muestra que el sistema laboral necesita una reforma urgente. La informalidad no es la solución y hay que buscar alternativas que realmente ayuden a las personas a tener un trabajo digno.
Es preocupante ver cómo el empleo formal se está desplomando y que muchas personas terminen en trabajos informales, sin seguridad social. Esto no solo afecta a los trabajadores, sino que también pone en riesgo su bienestar y el de sus familias. La situación muestra que necesitamos más oportunidades laborales estables y con garantías, porque vivir al día en la informalidad no es una solución a largo plazo.
Es preocupante ver cómo se están perdiendo tantos empleos formales mientras que la informalidad sigue creciendo. La gente necesita trabajos seguros y con derechos, no solo opciones temporales y sin garantías. Esto no solo afecta a las personas, sino también a la economía del país. Es un ciclo que parece no tener fin y que necesita atención urgente.