
A pesar de las negociaciones que anticipó el gobierno de Claudia Sheinbaum, se acerca la fecha para que se empiecen a aplicar aranceles del 21% al tomate mexicano importado por Estados Unidos.
Como se sabe, el aguacate se salvó de ese impuesto del presidente Donald Trump, de modo que al menos el guacamole parece que no aumentará de precio.
¿Cuándo empezarán a aplicar aranceles al tomate?
La medida, que entraría en vigor el 14 de julio próximo, causaría un fuerte impacto incluso en el país del Norte, pues importa miles de millones de kilogramos de tomate mexicano.
Los defensores dicen que el impuesto a la importación ayudará a reconstruir la menguante industria del tomate en Estados Unidos y garantizará que los productos consumidos en el país también se cultiven allí.
México suministra 70% del mercado de tomates de Estados Unidos, frente al 30% de hace dos décadas, según el Florida Tomato Exchange.
“A menos que igualemos el campo de juego en términos de precios justos, no habrá una industria nacional de tomates frescos en un futuro muy cercano”, señaló Robert Guenther, vicepresidente ejecutivo del grupo comercial.
Principales productores de tomate en Estados Unidos
Florida y California son los principales productores de tomates en Estados Unidos, pero la mayor parte de la cosecha de California se convierte en salsas y otros productos.
Los opositores dicen que el impuesto hará que los tomates frescos sean más caros para los compradores en Estados Unidos.
NatureSweet, empresa con sede en San Antonio que cultiva tomates en México y Estados Unidos, dijo que pagará millones de dólares cada mes en impuestos si la decisión no se revierte.
“Buscaremos formas de adaptarnos o agilizar nuestras operaciones, pero la verdad es que siempre estamos haciendo eso para operar un negocio eficiente”, comentó Skip Hulett, director legal de NatureSweet.

Alza del precio del tomate al consumidor
“El negocio de los productos agrícolas no tiene un gran margen de ganancia. Estamos determinando qué parte del costo podríamos absorber, pero estos costos adicionales ciertamente deberán trasladarse al consumidor”, añadió.
Tim Richards, profesor en la Escuela de Agronegocios Morrison de la Universidad Estatal de Arizona, prevé que los precios minoristas de tomates en Estados Unidos aumenten alrededor del 10.5% si se aplica el arancel.
El gobierno de México dijo el mes pasado que estaba convencido de que podría negociar sobre el tema.
Sin embargo, si el arancel al tomate entra en vigor, la presidenta Sheinbaum ha insinuado que su país podría imponer aranceles sobre las piernas de pollo y cerdo importadas de Estados Unidos.
Conflictos con la exportación de tomate mexicano a EE.UU.
El estira y afloja sobre los tomates tiene larga historia. En 1996, poco después de que entrara en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el Departamento de Comercio investigó acusaciones de que México estaba exportando a Estados Unidos a precios artificialmente bajos, una práctica conocida como dumping.
El gobierno de Estados Unidos acordó suspender la investigación si México cumplía con ciertas reglas, incluyendo vender sus tomates a un precio mínimo.
Desde entonces, el acuerdo ha estado sujeto a revisiones periódicas, pero ambas partes siempre llegaron a un acuerdo que evitó los aranceles.
Pero el mes pasado, el Departamento de Comercio anunció su retirada del último acuerdo, diciendo que fue “inundado con comentarios” de productores de tomates en Estados Unidos que quieren una mejor protección contra las importaciones mexicanas.
Guenther, del Florida Tomato Exchange, dijo que aunque se requiere que los exportadores mexicanos cobren un precio mínimo, los envíos solo se revisan de manera esporádica, por lo que los exportadores pueden eludir eso.
Es una lástima que se vayan a aplicar estos aranceles al tomate mexicano. Al final, los que sufrimos somos los consumidores, porque los precios van a subir y eso afecta a todos. Es triste ver cómo las decisiones políticas impactan en algo tan básico como la comida.
Es una lástima que se vayan a aplicar estos aranceles, porque al final los que más sufren son los consumidores. La salsa y otros productos que usan tomate van a subir de precio, y eso no le conviene a nadie. Además, el tomate mexicano es de buena calidad y tiene su lugar en el mercado. Sería mejor buscar soluciones que no perjudiquen a los que producen y a los que compran.
Es una lástima que se apliquen aranceles tan altos al tomate mexicano, porque esto solo va a encarecer los precios para los consumidores en Estados Unidos. Al final, quienes más sufren son los que solo quieren disfrutar de una buena salsa. Ojalá se lleguen a buenos acuerdos pronto para que no afecte a nadie.