
Rusia regala motocicleta a residente de Alaska tras entrevista viral antes de reunión entre Trump y Putin.
Mark Warren, inspector de bomberos jubilado en Anchorage, Alaska, logró protagonizar uno de los momentos más inusuales alrededor de la reciente cumbre entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin. Todo comenzó cuando un equipo de televisión ruso lo abordó mientras hacía mandados con su vieja motocicleta Ural, comprada a un vecino. Warren comentó que mantenerla resultaba complicado debido a los aumentos en costo y escasez de repuestos, factores derivados del conflicto con Ucrania.
La viralización que lo colocó en el centro del escenario
Esa entrevista fue transmitida en medios rusos y rápidamente se volvió viral, llegando incluso a captar la atención del Kremlin. La repercusión abrió el camino para un insólito regalo: un modelo Ural Gear Up nuevo, con sidecar y valorado en 22 000 dólares, enviado por el gobierno ruso.
La entrega: entre la sorpresa y la incredulidad
El 13 de agosto —dos días antes de la cumbre que se celebró el viernes 15 en la Base Aérea Conjunta Elmendorf-Richardson— Warren recibió una llamada avisándole que le darían una motocicleta. Desconcertado ante lo que sonaba como una estafa, volvió a recibir contacto tras la cumbre, indicándole que acudiera a un hotel local junto a su esposa. Allí, en el estacionamiento, lo esperaba la motocicleta olivo, acompañada por un grupo de hombres que él supuso eran representantes de la embajada rusa. Warren quedó boquiabierto: “You’ve got to be joking me” (pensé: “Tienes que estar bromeando”).
Emoción y reservas
Los únicos requisitos impuestos fueron tomarse fotos y conceder otra entrevista. Warren accedió, pero dejó claro: “If they want something from me, they’re gonna be sorely disappointed” (“Si quieren algo de mí, se van a sentir muy decepcionados”). Aunque emocionado por el regalo, expresó preocupación sobre posibles repercusiones: “I don’t want a bunch of haters coming after me that I got a Russian motorcycle… I don’t want this for my family” (“No quiero que me persigan porque tengo una moto rusa… No quiero esto para mi familia”).
Una logística “llena de velocidad”
Warren notó que la propia motocicleta había sido fabricada apenas el 12 de agosto. El rápido tránsito del showroom a una avioneta y el cupo volado a Alaska en un día dejó una impresión imborrable.
Contexto geopolítico: más que una moto
- Historia simbólica de Alaska: El estado fue una antigua posesión rusa hasta la venta por 7,2 millones de dólares en 1867. Su uso como sede de la cumbre evoca un fuerte simbolismo histórico, incluso nostálgico para muchos rusos.
- Logros simbólicos para Putin: La cumbre le permitió romper su actual aislamiento internacional sin hacer concesiones claras, algo interpretado como una victoria diplomática.
- Tensiones en torno a Ucrania: No se alcanzó ningún acuerdo formal de alto al fuego. Putin mantuvo posturas rígidas, mientras Trump insistió en intercambios territoriales, lo que generó inquietud entre aliados occidentales y Kiev.
Declaraciones clave
- Mark Warren: Amablemente apreciativo, pero con límites claros: “It’s a good bike.” Aceptó el regalo sin condicionamientos políticos.
- Gobierno ruso: Organizó la entrega, aparentemente a través de su embajada, sin que aún se conocieran reacciones oficiales posteriores