
31 DE OCTUBRE DEL 2025 – INTERNACIONAL. El Palacio de Buckingham ha anunciado el inicio del proceso formal para despojar al duque de York, Andrés, hermano del rey Carlos III, de su título nobiliario de príncipe. Esta drástica decisión se suma al retiro de varios beneficios que le confería su estatus, incluyendo la orden de abandonar su residencia actual en Windsor, el Royal Lodge. A partir de ahora, Andrés será conocido simplemente como Andrés Mountbatten Windsor. Este anuncio culmina una secuencia de eventos desencadenados por la publicación póstuma de las memorias de Virginia Giuffre, Nobody’s Girl, en las que la víctima del financiero Jeffrey Epstein, condenado por abuso sexual a menores, alegaba haber tenido relaciones con el hermano del monarca cuando era menor de edad.
La Caída de un Príncipe y el Mensaje a las Víctimas
La medida no solo representa un duro golpe personal para el antiguo príncipe Andrés, quien siempre ha negado las acusaciones en su contra, sino que también lleva un mensaje implícito y significativo por parte de la monarquía. La periodista de la BBC, Helena Wilkinson, resalta que las últimas palabras del comunicado de Buckingham son clave: «Los pensamientos del Rey y la Reina han estado, y siempre estarán, con las víctimas y sobrevivientes de cualquier forma de abuso». Este énfasis contrasta notablemente con un comunicado anterior de Andrés, donde no se ofrecían condolencias a las víctimas. La decisión, que llega semanas después de que Andrés renunciara a otros títulos como el de duque de York, busca marcar una clara distancia de la monarquía respecto al caso Epstein.
La pérdida del título de príncipe y la expulsión de su residencia real son consideradas un «duro golpe personal y, probablemente, muy humillante» para Andrés, como señala Noor Nanji, reportera de Cultura de la BBC. La presión pública e intensa atención sobre los vínculos del duque con Jeffrey Epstein se volvieron insoportables para la Corona. Se informa que Andrés ha aceptado la decisión del Rey, aunque mantiene su negación de los cargos. Además, se espera que su exesposa, Sarah Ferguson, también abandone las residencias reales.
La familia de Virginia Giuffre ha calificado la decisión del rey Carlos III como una «victoria» monumental. En un comunicado emotivo, su hermano Skye Roberts y su cuñada Amanda declararon que «una joven estadounidense común y corriente… derrocó a un príncipe británico con su verdad y su extraordinario valor». La familia subraya que Virginia, quien fue agredida sexualmente por Andrés siendo una niña, nunca dejó de luchar por la justicia y que ahora su familia y otras sobrevivientes continuarán esa lucha hasta que todos los implicados en el caso Epstein y Ghislaine Maxwell rindan cuentas ante la justicia.

El precedente legal e histórico de esta acción subraya la magnitud de la caída del antiguo príncipe. La revocación de un título principesco es tan inusual que se describe como una «rareza en la historia británica». El corresponsal legal de la BBC, Dominic Casciani, recuerda que la última persona en sufrir una humillación pública de tal calibre fue Ernesto Augusto, duque de Cumberland y Teviotdale, a quien se le quitó el título de príncipe tras la Primera Guerra Mundial. En aquel caso, su «delito» fue apoyar a los alemanes, enemigos de Gran Bretaña. Para llevar a cabo esa privación, el Parlamento tuvo que aprobar una ley inédita, la Ley de Privación de Títulos de 1917, con la cual se autorizaba a los asesores del rey Jorge V a elaborar una lista negra de aristócratas traidores. La caída de Andrés, en cambio, se produce en un contexto de escándalo sexual y moral, marcando un hito diferente pero igualmente dramático en la historia de la monarquía británica.
 
			 
			









